Valentia fue una ciudad estratégica en la Roma Imperial. Fundada en el 138 a.C. sobre una terraza aluvial, era una especie de isla rodeada de canales, y cercana al mar. La urbe, arrasada en el año 75 a.C. y refundada en el siglo I d.C., estaba atravesaba por la Vía Augusta (actual calle San Vicente) y el foro, con su columnata característica, era el epicentro social y político. Entre los edificios documentados por los arqueólogos en estos últimos años se encuentran dos santuarios: el de Asklepios y el de Bellona. El primero formaba parte junto con las termas de l'Almoina de un recorrido terapéutico y sacro. Las termas romanas eran animados centros de vida social envueltos en una atmósfera de relax y sacralidad. Su uso era habitual en la cultura romana. En Valentia hubo al menos cuatro.

El circo es otra de las construcciones destacadas y sus distintas partes (espina, graderío, cabecera semicircular) han ido apareciendo en el entorno de la calle de la Paz. Era un edificio destinado a las carreras de caballos, de forma alargada y el de Valentia tenía aforo para 10.000 personas (el doble de la población). En la ciudad romana sobresalen otras construcciones, cuyas ruinas pueden verse en el museo de l'Almoina, como la curia (donde se reunían los gobernantes, el Senado de la ciudad) y la basílica (donde se realizaban las transacciones comerciales y se administraba justicia).