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De la festa, la vespra

Los ocho siglos de la orden de la Merced se asientan en la València islámica

Los ocho siglos de la orden de la Merced se asientan en la València islámica

Dominicos y mercedarios siempre han ido a la greña discutiendo cuál fue la primera orden religiosa que se estableció en la València conquistada a los moros por Jaime I, manifestándose por lo general los Dominicos como los preferidos por el monarca aragonés, no siendo en absoluto ello cierto según el parecer mercedario.

Aunque los Dominicos alcanzaron gran poder y propiedades, a los Mercedarios cabe otorgarles la antigüedad en nuestra ciudad en materia humanitaria y evangelizadora. Fundados por el propio rey Pedro Nolasco veinte años antes de que arribaran a estas tierras, la Orden de la Merced se expandió rápidamente gracias al celo apostólico y buen hacer de fray Pedro Nolasco, forjado en la València islámica mucho antes de la conquista, que acabaría siendo declarado santo por la Iglesia, al igual que otro valenciano que vivió dentro de las murallas árabes con su cristianísima familia Pascual, Pedro Pascual, san Pedro Pascual. Dato éste muy importante, pues a pesar de que modernamente se niega hubiera valencianos cristianos, mozárabes, conviviendo con valencianos islámicos dentro de las murallas de la ciudad con el fin de cuadrar a la fuerza determinadas teorías lingüísticas y culturales, la realidad histórica es bien tozuda y afirma y demuestra lo contrario

Se dedicaban los Mercedarios al primitivo carisma de la Orden, redimir cautivos. Colectaban dinero para pagar rescates de cristianos secuestrados y llevados presos a tierras africanas, o a los que estaban aquí encarcelados en lugares como el castillo de Xàtiva.

Ellos negociaban con los secuestradores liberando a las víctimas, a los cautivos, y cuando no tenían dinero los mismos frailes se ofrecían como rehenes para el cambio y libertad de los apresados a fin de que no fueran vendidos como esclavos.

Diez años antes de la caída de València, Pedro Nolasco ya se movía por dentro de la urbe en estas actividades y profetizó exactamente cuándo sería rendida la capital del Reino Moro de Valencia. Vivían heroicamente su cristianismo dentro de la boca del lobo, mientras los Dominicos, estaban a la espera del reparto del botín sin arriesgar nada. Fray Joaquín Millán Rubio tiene un delicioso y muy documentado libro sobre san Pedro Nolasco y la Orden donde abunda en detalles y datos al respecto.

Es más, antes de fundarse la Orden en 1018 -hace 800 años- Pedro Pascual, laico, aún no hermano lego, y primer fraile y fundador de la Orden, estaba ya dedicado a estos menesteres en València desde el año 1203. Y aunque jurídica y canónicamente la fundación de la Orden Mercedaria fue en Barcelona, sus antecedentes, su inspiración, sus fundamentos de hecho, fue indudablemente València.

En el Llibre del Repartiment consta las donaciones que hizo Jaime I a los Mercedarios que se encontró aquí veteranos en el trato con los muslimes, una de ellas «Unas casas en Boatella extramuros de València con una Mezquita», donde alzaron el convento de la Merced -plaza de la Merced. Monasterio que finó con los hechos revolucionarios y desamortizadores, catastróficos para el patrimonio histórico-artístico, de 1835.

Donación importante del Rey a los mercedarios fue en el Puig, unas casas, alquerías y huertas que serían la base con el tiempo de la construcción del majestuoso e impresionante monumento actual, de tan bella factura, hoy habitado sólo por tres frailes, dada la escasez de vocaciones religiosas y sacerdotales. Un inmenso edificio que sigue siendo interiormente muy desconocido por el común de los valencianos, a pesar de lo fácil y cómodo que es visitarlo. El mejor de la Orden, de la que es Patrona la Virgen de la Merced, cuya fiesta se celebra cada 24 de septiembre.

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