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Urbanismo

La nueva plaza de Brujas enlazará con la Avenida del Oeste de forma peatonal

El edil de Urbanismo, Vicent Sarrià, resalta que se trata de una actuación "integral" con un coste de 4,5 millones y espera que las obras puedan empezar durante el primer semestre de 2019

Uno de los proyectos más esperados por la ciudadanía y también defendido por el actual equipo de gobierno es la regeneración del entorno de la plaza de Brujas. Este complejo y ambicioso plan, con un presupuesto de 4.545.200 euros, se empezó a diseñar, en coordinación con la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, a principios del actual mandato.

Ahora, una vez que el organismo autonómico ya ha elegido entre las propuestas, ha seleccionado al proyecto ganador y ha recibido la redacción del mismo, lo ha pasado al consistorio municipal, quien será el encargado de aprobarlo y licitarlo.

En principio, tal como confirmaba ayer a Levante-EMV el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, el objetivo es agilizar la tramitación lo máximo posible para empezar las obras durante el primer semestre de 2019 y finalizarlas un año después.

Estos plazos son ligeramente superiores a los que se hablaba a inicios de marzo, que estimaba el inicio de las obras durante el primer trimestre de 2019. Fue entonces cuando se supo que el proyecto 'Confluència', presentado por la UTE Quintana-Peñín, el equipo de arquitectos valencianos conformado por Elisabet Quintana y Alberto Peñín, había sido el ganador del concurso de ideas propuesto por la Consellería de Vivienda.

Sarrià reconocía ayer que el inicio de estas obras depende de la finalización de las que se están ejecutando en el aparcamiento de Brujas, las cuales se espera que finalicen antes de fin de año. El edil añadía que este es «un proyecto muy ambicioso y complejo. Y que está en una zona donde hay que resolver muchas cuestiones», entre las cuales se encuentra el aparcamiento exterior, las zonas verdes, la peatonalización o la restauración de les Covetes, para lo cual indicaba que ya habían encargado un estudio para valorar su adquisición municipal.

El concejal valoraba que estas obras entran en el objetivo del consistorio de dar una nueva vida a las plazas más emblemáticas de la ciudad, sobre todo las del centro histórico. Y destacaba que se trata de un proyecto «integrador», pues el que se encontraron, previsto por el anterior gobierno, solo preveía actuar en la plaza de Brujas: «Es una de las obras más esperadas porque no era presentable que un entorno monumental de estas características tuviera la baja calidad urbana que tenía».

Sarrià puso de manifiesto la importancia de abarcar la obra de una forma más general: «Aunque supusiera retrasar la cuestión, lo que entendíamos era que no era posible acometer la urbanización de Brujas sin abordar el entorno del Mercat y la Lonja». Y añadía que «no es solo una urbanización de una plaza, sino es la regeneración urbana de todo un ámbito que pivota sobre esas dos plazas. Uno de los centros históricos de ciutat vella más emblemático».

El edil destacaba que esta actuación permitirá también «poner en valor tres joyas arquitectónicas de distintas épocas como son el Mercat Central, la Lonja y Sant Joan, que fue el primer templo cristiano edificado tras la reconquista». Todo ello, junto a obras cercanas como la rehabilitación de los edificios de la plaza del Doctor Collado, o los de Eixarchs, contribuirá a cambiar «radicalmente un espacio muy degradado», valoraba.

Pacificar el tráfico en la zona

Por lo que respecta a las claves de este proyecto, destaca que se pretende que los peatones sean los auténticos protagonistas del espacio público. Así como conseguir que estos espacios estén interconectados.

Entre las medidas planteadas está devolver a la Avenida del Oeste «el carácter de espacio público como eje cívico y comercial», decía Sarrià. Incorporando en ella palmeras y una transición hacia la Plaza Ciudad de Brujas con pavimentos peatonales para pacificar el tráfico.

También se prevé un sistema de pérgolas y se propone situar la parada de bus bajo la pérgola que cubre la salida de ascensores del aparcamiento. En la misma línea se distribuirán aparcamientos para bicicletas. Todo para «mejorar la accesibilidad», pues el gran objetivo es conseguir «un espacio público pensado para el peatón», concluía el concejal.

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