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Zonas inundables

Los charcos de València

València tiene tres grandes áreas inundables y más de veinte puntos donde se acumula agua

Los charcos de València

La ciudad de València sufre con frecuencia fuertes episodios de lluvias que al menos en los últimos años no han causado inundaciones destacadas en la ciudad. Ha habido daños en el arbolado, problemas de circulación, cierre de parques y jardines e incluso clausura de colegios, pero la situación se ha superado con cierta solvencia, destacan los técnicos municipales. La clave parece estar en los trabajos de canalización de pluviales, las decenas de millones invertidos en los últimos años y aún hoy en día en el alcantarillado del Marítimo, y la coordinación de recursos entre administraciones y servicios.

El Plan de Prevención de Riesgos de Inundación (Patricova) señaló los lugares con mas riesgo para la ciudadanía y permitió poner los medios para evitar las avenidas. En la ciudad de València hay tres zonas especialmente sensibles, que se situarían en el entorno del viejo cauce del río, la franja de huerta que separa la capital de Alboraia y el entorno de la Albufera, incluidas las pedanías de Pinedo y La Punta.

En el caso del río el respeto al cauce ha sido hasta ahora suficiente; y en el caso de la huerta de Alboraia el nuevo colector de Vera ha resuelto parte del problema, que siempre ha amenazado a los poblados marítimos. De hecho, en toda esa zona ha habido que reforzar las canalizaciones de pluviales con sistemas electromecánicos de bombeo y construir el depósito de tormentas del Paseo de Neptuno, que permite recoger y bombear agua de lluvia a la depuradora de Pinedo o, cuando ya entra limpia, directamente a la Albufera o al mar.

No está del todo resuelto el problema del entorno del lago, una zona inundable por naturaleza e invadida por el hombre. Aunque fuera del término de València, en el último episodio de lluvias fue necesario cortar la pista de Silla por una acumulación de agua. Las poblaciones de Catarroja, Massanassa y Alfafar son las más sensibles de esa amplia zona inundable con repercusiones directas para la capital, sobre todo en lo que a comunicaciones se refiere. Dentro del término municipal es especialmente sensible la zona de La Torre, donde también existe un pequeño depósito de tormentas.

Y aparte de las zonas inundables, existen lo que se denominan zonas «encharcables», es decir aquellos puntos de la ciudad donde habitualmente se hacen grandes encharcamientos que tardan tiempo en deshacerse de forma natural. En ocasiones, es la obstrucción de imbornales lo que provoca estas situaciones y a veces la propia orografía de la ciudad o su urbanismo. En total, en la ciudad hay 24 puntos que se repiten con frecuencia (muchos mas lo pueden ser de forma esporádica y por consecuencias imprevisibles) y que precisan de intervenciones especiales. En su localización intervienen tanto la contrata municipal encargada del mantenimiento, como los técnicos del Ciclo Integral del agua, y es la contrata la que suele actuar en estos casos, recurriendo a los bomberos cuando se da una situación especialmente complicada.

«La respuesta suele ser buena. Lo del día 18 fue histórico, con 220 litros en El Palmar. Y hubo momentos que lo pasamos mal, pero se resolvieron», dicen desde la Central Operativa de Saneamiento (COS) del Ciclo Integral.

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