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Infraestructuras

La L10 vertebrará dos nuevos barrios y dos grandes equipamientos deportivos

La conselleria renuncia a la estación semisoterrada con lucernario de Hermanos Maristas y la sustituye por una parada en superficie - Los 5,2 kilómetros de la línea darán servicio a la nueva Ciudad Deportiva del Levante, el Arena Basket y la terminal de cruceros

La Conselleria de Infraestructuras ha mostrado, con ocasión de la exposición conmemorativa de los 30 años de Metrovalencia, el trazado y las novedades de la L10 (antes T2), que vertebrará el centro de la ciudad (desde la calle Alicante) con los barrios de la fachada marítima.

Esta infraestructura dará servicio a los nuevos desarrollos urbanísticos de Moreras y el Grao, así como a grandes equipamientos turísticos, desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias y l'Oceanogràfic, hasta la futura terminal de pasajeros prevista por la Autoridad Portuaria de València en el muelle de los Astilleros del grupo Boluda.

También y no menos importante, dará conexión a los nuevos equipamientos deportivos del pabellón Arena del Valencia Basket, en el entorno de Hermanos Maristas, con un aforo previsto de 15.000 espectadores, y a la futura ciudad deportiva del Levante UD, en Natzaret, en los terrenos de Benimar cedidos por el puerto para dignificar su frontera con la ciudad.

La ejecución del tramo sur de la L-10 se retomará previsiblemente en marzo del año próximo, según lo anunciado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que ha comprometido una inversión (cofinanciada con Bruselas) inicial de 50 millones de euros.

Las obras de la L10 se iniciaron en 2007 y entraron en vía muerta en 2011 con la crisis y los recortes económicos. En 2017, Ximo Puig anunció que la Generalitat completaría la obra hasta l'Oceanogràfic, ampliando este año el compromiso de ejecución a todo el tramo sur de la L-10, hasta Natzaret, en una sola fase, como reclamaron los vecinos.

En enero se colocó la primera piedra del tramo sur hacia Natzaret, en la avenida Antonio Ferrandis, y ese mismo verano comenzaron los trabajos y los cortes de tráfico en la calle Alicante. La construcción del túnel supuso, además de sorpresas arqueológicas, molestias y quejas de los vecinos afectados.

Ramal a la Malva-rosa

Casi doce años después y tras lustros de abandono, que han dejado imágenes insólitas de los youtubers navegando con barcas hinchables por los túneles inundados del metro, las obras se retomarán, aunque el ambicioso proyecto inicial de construir una línea de metro que conecte la ciudad de norte a sur (de Orriols a Natzaret), a través del centro histórico, una «espina dorsal» como en su día la llamaron los responsables de la Consellería de Infraestructuras, aún tendrá que esperar.

El tramo que se completará ahora conectará la calle Alicante con Natzaret (5,3 kilómetros -dos en superficie y el resto soterrado-) , si bien el tramo central del túnel del metro, que incluye la megaestación del Mercado Central, está por hacer.

Lo cierto es que la superestructura del tramo sur de la L-10, esto es, las vías y la mayoría de estaciones y paradas están ya construidas, salvo el tramo de vías de Antonio Ferrandis que se desmanteló hace unos años porque las vías sin uso ni mantenimiento causaban afección al tráfico.

Incluso el tramo tapizado con césped artificial de la pasarela que se construyó en Natzaret siguen ahí, a la espera de que los trenes empiecen a circular. Sin embargo, la puesta en servicio de las vías no es una inversión baladí. «Vestir» las estaciones y paradas, electrificar y poner la catenaria en todo el trazado además de señalizarlo tiene un elevado coste.

La actual consellera de Infraestructuras, la socialista María José Salvador, cifró en más de 200 millones de euros el coste de completar la línea.

El nuevo servicio, que de momento será fin de trayecto en Natzaret (aunque Ximo Puig ha anunciado que se construirá un ramal para conectarla en el horizonte de 2021 con el tranvía de la Malva-rosa y la fachada marítima), tendrá ocho paradas, tres subterráneas (cuya superestructura ya está hecha) y cinco en superficie.

Entre las modificaciones que han incluido en la obra los actuales responsables de la Conselleria de Obras Públicas está la supresión de la estación semisoterrada con un gran lucernario para proporcionar luz natural proyectada bajo la rotonda de Hermanos Maristas por el anterior gobierno que ahora será una parada más sencilla, en superficie.

«Tenía un coste astronómico», apuntaron fuentes de la conselleria. Según publicó eldiario.es esta estación se desplazará unos metros hacia el bulevar Antonio Ferrandis y se construirá en superficie a la altura del Pabellón Arena del Valencia Basket, cuya inauguración está prevista en el año 2022. La conselleria justifica el cambio tanto por la construcción del pabellón deportivo como por tratarse de una nueva zona residencial en expansión.

También se ha renunciado a la gestión privada de esta línea que anunció el anterior gobierno de la Generalitat.

La nueva línea dará servicio al barrio de Natzaret, el más castigado por la expansión del puerto, que verá así mejorada de manera ostensible su conexión con el centro de la ciudad. Esta nueva línea de metro sería sin duda un incentivo a la hora de impulsar el desarrollo urbanístico del barrio de Moreras, con varias promociones paralizadas que ahora empiezan a activarse.

Por proximidad, se verá igualmente beneficiado el futuro barrio del Grao, cuyo nuevo planeamiento, con 20 rascacielos y amplias zonas verdes, acaba de ser reformulado. El desbloqueo del PAI del Grao se anuncia próximo tras la entrada del fondo británico Hayfin Capital y el grupo inversor valenciano Atitlan en la operación.

Como se ha publicado, Ferrocarrills de la Generalitat (FGV) ha adjudicado ya la asistencia técnica para la redacción de estudios y proyectos de la futura Línea 10 por 1,15 millones de euros.

Dentro del proyecto se analizarán factores como la movilidad urbana, la demanda de viajeros, planificación de inversiones, etc y se elaborarán proyectos, entre otros, de arquitectura y equipamientos de estaciones subterráneas, infraestructura, superestructura y electrificación, además de señalización y comunicaciones e integración.

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