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Los municipios podrán urbanizar 250 hectáreas de huerta si las recuperan en otra zona agrícola

El plan blinda la huerta en torno a la depuradora de Pinedo y regulariza las viviendas - El documento incentiva con un 20% de edificabilidad los usos terciarios (restauración, alojamiento turístico y ocio) en el patrimonio rural

«Hoy empieza el proceso de recuperación de la huerta». Así lo aseguraron ayer los responsables de la Conselleria de Obras Públicas y Territorio durante la presentación de la versión definitiva del Plan de Acción Territorial (PATHV) de la Huerta, un trabajo de «orfebrería fina», que el viernes aprobará el Consell tras casi tres años de tramitación. El plan de la huerta echa a andar tras relajar algunas exigencias e incorporar parte de las alegaciones recibidas, entre ellas, la de permitir a un crecimiento urbanístico moderado en los municipios a través de la denominadas zonas «rurales de uso común» y siempre que se vean compensadas con la regeneración de la misma superficie de huerta degradada, sin superar el límite de 250 hectáreas.

El plan grafía, en este sentido, cinco sectores de recuperación de huerta en València (La Punta), el Puig, Picanya, Massalfassar y Sedaví, que en conjunto suman 250 hectáreas. Esta será la misma superficie de crecimiento urbanístico que se permitirá en los municipios de l'Horta, en coherencia con la premisa de «tolerancia cero a la destrucción de más superficie de huerta» que marca el Consell.

El uso predominante del suelo será el agrícola, si bien se permiten usos residenciales y terciarios (con restricciones) en aras de garantizar la rentabilidad y el futuro de la agricultura y del paisaje de huerta. El plan establece tres rangos de protección para la huerta (H1, H2 y H3, de mayor a menor).

La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, y la consellera de Agricultura, María José Salvador, fueron las encargadas de presentar ayer en el Museo de Bellas Artes San Pío V el citado plan, que los municipios estarán obligados a acatar y que protege 11.000 hectáreas de suelo agrícola.

El plan frena el crecimiento urbanístico sobre este espacio, desclasificando 1.500 hectáreas que se iban a urbanizar en municipios como el Puig (donde el paraje natural de «Els Plans «se iba a reclasificar para construir 4.000 vivienda y un centro comercial), Albalat dels Sorells, Alboraia, Catarroja y València, donde se frena la urbanización de parte del triángulo de oro de la Punta y se salva la huerta de Vera, Campanar y En Corts.

En València, el plan da máxima protección (H1) a la huerta del entorno de la depuradora de Pinedo, una infraestructura que los tribunales han declarado fuera de la legalidad y que Generalitat y ayuntamiento intentan regularizar con un plan de medidas ambientales que minimice su impacto sobre las viviendas del entorno. El blindaje a la huerta del entorno de la depuradora pretende incentivar la recuperación de este paisaje y la mejora de la calidad de vida de sus vecinos, que ahora podrán además regularizar sus viviendas (que quedaron fuera de ordenación con la instalación de la planta depuradora) y rehabilitarlas.

El PAT abre la puerta a la legalización de las construcciones rurales existentes, un punto que según apuntó el secretario autonómico de Territorio requerirá de una normativa específica.

Alojamientos turísticos

El plan abre la mano a nuevos usos terciarios y actividades,en concreto, de restauración, alojamiento turístico, centros de hípica (que en la anterior versión estaban prohibidos y que ahora se podrán legalizar), cría de animales, huertos de ocio y sociales, actividades vinculadas a la movilidad no motorizada, y también de investigación agrícola o ambiental. De forma preferente estos nuevos usos se instalarán en edificios preexistentes, que podrán ganar un 20% de edificabilidad vinculada a dichas actividades. El catálogo del plan de la huerta incluye mil elementos patrimoniales (alquerías, barracas, acequias, molinos, etc) con distintos niveles de protección. De esta manera se pretende favorecer la recuperación de este extenso patrimonio, la mayoría en muy mal estado de conservación. Las zonas de aparcamiento vinculadas a restaurantes y alojamientos hoteleros, quedan muy restringidas en el plan y no podrán superar los 200 metros cuadrados.

El plan restringe igualmente determinadas actividades con impacto sobre el territorio como infraestructuras de tratamiento de residuos, producción de energía (excepto la individualizada) y saneamiento de agua. Las líneas eléctricas irán «con carácter preferente» soterradas.

Entre las modificaciones incluidas en la versión definitiva está la posibilidad de instalar invernaderos con ocupaciones de parcela de hasta el 50%, la posibilidad de poner riego por goteo, aunque se incentive el regadío tradicional, y se permitirá además la concentración parcelaria siempre que respete la red de acequias.

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