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El plan de l'Horta permite crecer a una veintena de municipios

València tendrá que regenerar la huerta del "triángulo de oro", junto a l'Oceanogràfic - El plan aprobará construir unas 23.000 viviendas más

La huerta de Campanar, a la que el PAT da máxima protección. germán caballero

Las zonas susceptibles de ser urbanizadas para futuros crecimientos urbanos previstas en la versión definitiva del Plan de Acción Territorial de la Huerta, que, en conjunto, no podrán superar las 250 hectáreas, permitirán la construcción de al menos 23.000 viviendas. El plan de la huerta establece medidas muy restrictivas al crecimiento urbanístico en l'Horta, si bien se generan algunas reservas de suelo para, según apunta la Conselleria de Vivienda y Obras Públicas, evitar la «fosilización» de los pueblos afectados y con ello la pérdida de población, que muchos ya sufren.

El plan, que los ayuntamientos deberán trasladar a sus planes urbanísticos de manera obligada, reserva algunas pastillas de suelo, que se califican como zonas rurales de uso común, en los bordes urbanos de las poblaciones para la ampliación de los cascos urbanos o de los polígonos industriales, según explica el plan. No todos los municipios de l'Horta, sin embargo, cuentan con estas reservas de suelo. El plan, según la documentación gráfica facilitada por la Conselleria de Vivienda, solo prevé zonas rurales de uso común (urbanizables en un futuro) en aproximadamente 20 de los 40 municipios de l'Horta, València, Alboraia, El Puig, la Pobla de Farnals, Catarroja o Meliana entre ellos. También contarán con zonas rurales de uso común Museros, Massamagrell, Albuixec, Albalat dels Sorells, Foios, Emperador,Vinalesa, Quart de Poblet, Xirivella, Torrent, Picanya, Sedaví y Massanassa.

Entre las poblaciones que no podrán crecer más por estar en zonas de huerta de máxima protección se encuentran Benifaraig, Borbotó, Poble Nou y Tavernes Blanques.

El plan de la Huerta pone freno así a los grandes desarrollos urbanísticos previstos en en algunos municipios, entre ellos València, donde se desclasifican cuatro millones de metros cuadrados, en consonancia con la revisión del plan general de ordenación urbana que tramita el Govern de la Nau, que ya renunció en su momento a la expansión de la ciudad sobre la huerta. En València se salvan de futuras reclasificaciones para uso residencial o terciario la huerta al oeste de Campanar, la de Tavernes, Benimàmet, Vera-Alboraia, el entorno de la Torre, Faitanar y Castellar. València solo podrá crecer en el borde urbano entre Natzaret y la Punta, el denominado «triángulo de oro», que el Plan de la Huerta señala como sector de recuperación y donde se podrá edificar un tercio de la superficie total, si se regeneran los dos tercios restantes.

El plan de la huerta blinda así 11.000 hectáreas de suelo agrícola y abre la posibilidad a nuevos usos terciarios (restauración, alojamiento rural, hípicas o actividades de ocio). El objetivo del plan es fomentar la «implantación racional» de actividades terciarias compatibles con el trabajo agrícola; estimular la rehabilitación del patrimonio cultural, con más de 1.000 elementos catalogados, muchos en mal estado de conservación, y con un ambicioso plan de uso público, en el que se incluyen itinerarios, vías verdes, museos o experiencias didácticas, que, prevé la conselleria, mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos y generarán recursos económicos.

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