La modulación esta semana de las críticas del alcalde, Joan Ribó, al PAI de Benimaclet, que cuestionó con contundencia en un primer momento tras la presentación el pasado 4 de diciembre del nuevo diseño por parte de Metrovacesa, ha sido fruto de un acercamiento de posturas fraguado en un almuerzo secreto que mantuvieron la semana pasada el alcalde y el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià.

Entre los argumentos que esgrimió el concejal socialista en el almuerzo con el alcalde para llevarle hacia una posición más favorable a la propuesta de edificios en altura planteada por Metrovacesa está el hecho de que la promotora haya entrado en el proceso de participación vecinal y asumido gran parte de las reivindicaciones de los vecinos, sin renunciar eso sí a la edificabilidad asignada por el plan general, tal como exige la plataforma Cuidem Benimaclet.

Sarrià advirtió de que la pérdida de edificabilidad tendría en todo caso un coste en viviendas de protección oficial, que en la propuesta de Metrovacesa se ha fijado en un 30%. Además, el concejal de Desarrollo Urbano argumentó que la edificabilidad adjudicada a dicho PAI en el plan urbanístico permitirá la obtención de dotaciones para el barrio que de otro modo tendría que asumir el ayuntamiento.

Los socialistas reprochan a sus socios de gobierno municipal el bloqueo a planes de interés para la ciudad, como por ejemplo el PAI del Grao, y advierten de que entre los inversores se ha corrido la voz de que es mejor esperar a un eventual cambio de gobierno en mayo para impulsar operaciones urbanísticas.