La aprobación el pasado viernes por el Consejo de Ministros del real decreto ley de medidas urgentes en materia de vivienda y alquiler está generando todo tipo de reacciones. Una de ellas se producía ayer por parte de la presidenta de la Federación Vecinal de València, María José Broseta, quien valoraba «positivamente» que se haya modificado la Ley sobre Propiedad Horizontal para que pueda surgir la posibilidad, mediante mayoría de tres quintas partes de los propietarios, de limitar o vetar el ejercicio del alquiler turístico de viviendas en su propia finca.

Ella, no obstante, recordaba que el actual Plan General de la ciudad establece claramente que tanto este tipo de pisos turísticos como cualquier otra actividad terciaria solo se puede llevar a cabo en los bajos o en los primeros pisos, algo que, no obstante «se incumple en demasiadas ocasiones», pues gran parte de estos pisos no están dados de alta.

Ella ve «muy bien» la posibilidad de que los vecinos «puedan decidir que haya o no x pisos turísticos en su edificio». Pero recuerda que ya existe una ley de la Generalitat que establece que el ayuntamiento emitirá un certificado en el que establecerá si cierta zona está o no saturada de este tipo de pisos. A este respecto, se refirió también al acuerdo anunciado hace unas semanas entre la concejalía de Turismo y la Generalitat para colaborar más estrechamente en el control de estas viviendas: «Me parece fenomenal que eso se diga que se van a aumentar el numero de inspecciones y demás. Pero necesitamos inspecciones para muchas cosas en esta ciudad y no puede recaer todo en la policía local», matizaba la presidenta vecinal.

Sobre el problema de la saturación y los efectos de los pisos de alquiler, alertaba de que es algo «extendido por toda la ciudad» y aseguraba que cada vez les llegan más quejas tanto por problemas de convivencia acarreados como por la subida del precio de los alquileres: «Los pisos turísticos están expulsando a los vecinos de muchos barrios. Se van tanto porque les suben el precio como por los problemas de convivencia».