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Calidad del aire

40 autobuses de la EMT medirán la contaminación atmosférica

Registrarán y enviarán al ayuntamiento información en tiempo real del NO2, el CO2 y las partículas

Autobús de la EMT en la plaza del Ayuntamiento A.V.

Los autobuses de la EMT amplían sus funciones y en breve, según lo anunciado por el concejal de Administración Electrónica, Pere Fuset, se convertirán en puntos móviles de medición de la polución en València. Esta es una de las medidas en las que trabajan dicha concejalía y la EMT y que pasar por instalar sensores en 40 autobuses urbanos a partir de la próxima primavera para medir la polución y remitir información en tiempo real al servicio municipal de Medio Ambiente.

La iniciativa, que ya se ha probado en otras grandes ciudades como Madrid, forma parte del proyecto de Sensorizacion de Buses RED y contempla, además de la sensorización de las señales técnicas de los propios autobuses, el registro de los parámetros ambientales en el exterior de las zonas por las que discurren los autobuses. De esta manera, afirman fuentes de la EMT, se podrá tener "monitorizada toda la ciudad".

La colocación de sensores ambientales en los autobuses urbanos tiene por objetivo evaluar los principales contaminantes que afectan a la calidad del aire de la ciudad a nivel de vías de comunicación, en la calzada, y derivados del tráfico, en concreto NO2 (dioxido de nitrógeno) y CO (dióxido de carbono). Los sensores, explicaron los responsables del proyecto, contarán con precisión suficiente para permitir su explotación de forma "dinámica, continua en el tiempo, y con cobertura de toda la ciudad".

Además de los datos de polución de los coches, los sensores registrarán otros parámetros que afectan a la salud de la población. Se monitorizarán los principales contaminantes que afectan a la calidad del aire y ambiental, incluyendo niveles acústicos en el interior del autobús, partículas en suspensión PM2.5, una de las más perjudiciales para la salud, así como humedad, temperatura y consumos.

La información recogida en tiempo real por el equipo embarcado de monitorización (EEM), se enviará al servicio de gestión medioambiental urbana. De esta manera, apuntan fuentes de la EMT, se utiliza la infraestructura móvil para diagnosticar la calidad del aire y mejorar las politicas medioambientales en Valencia.

Hasta ahora, las mediciones de la calidad del aire que se obtienen en las seis estaciones fijas repartidas en distintos puntos de la ciudad las controla y centralizada la Generalitat. El ayuntamiento podrá disponer de sus propias mediciones a través de los registros de los autobuses urbanos. El Govern de la Nau aprobó en 2017 un protocolo de contaminación del aire que contempla restringir el paso de vehículos a la ciudad cuando se registren niveles altos de contaminación.

La Concejalía de Medio Ambiente también ha anunciado la ampliación del número de estaciones de medición con cinco nuevos puntos de medición, lo que supondrá casi duplicar las que existen.

El año pasado se instaló una nueva estación de control en la plaza del Ayuntamiento, que ofrecerá datos de la contaminación en el corazón de la ciudad. En su día, València contó con una red de medidores formada por 16 puntos de registro que se han reducido a más de la mitad. La ampliación del número de estaciones fue uno de los compromisos del alcalde, Joan Ribó, que cuando estaba en la oposicición criticó con vehemencia el tralado y alejamiento de las estaciones a jardines y puntos de la periferia como el cementerio general.

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