La Universitat de València (UV) ha adjudicado el vallado de su campus de Tarongers por 3.271.872,79 euros. La empresa ganadora del concurso público, al que han concurrido 10 constructoras, es la firma valenciana Rover Alcisa SA.
Esta contratista que emplea a más de 700 personas presentó la oferta económica más baja con un 30 % por debajo del precio de licitación, que era de 4.684.812,13 euros. Además, logró la segunda mejor valoración en la fase del concurso que analiza la solvencia técnica de los aspirantes. La suma de ambas fases le otorgan la puntuación más alta, con tres puntos y medio de ventaja sobre el segundo aspirante.
La obra se terminará en 11 meses
La baja con la que se han adjudicado las obras, que tienen que estar acabadas en un plazo de 11 meses, supone que la Universitat se ahorrará en principio más de 1,4 millones de euros sobre el precio con que había tasado la construcción de este cerramiento perimetral de 4,1 km de longitud.
La mesa de contratación de este concurso de la Universitat, al calificar la baja de «desproporcionada», condicionó la adjudicación del vallado a Rover Alcisa SA a que esta constructora justificara su oferta económica. La contratista defendió su propuesta con el argumento de que su política de pronto pago a sus subcontratistas le permite obtener «buenos precios de suministros».
La Unidad Técnica del Servicio de Contratación de la UV, una vez analizados los documentos presentados por la contratista, emitió un informe favorable al destacar que la constructora «justifica el ahorro debido al concienzudo estudio de costes, revisado y repetido tras la petición de la justificación de la oferta». «Se aportan presupuestos de mercado de subcontratistas que se comprometen a ejecutar la obra con precios e importes que dan como resultado la oferta presentada», concluye.
La valla tendrá una altura de 2,8 metros, pues al muro de hormigón de la base (de 55 cm de alto por 32 de ancho) se anclará una valla de pletinas galvanizadas de 2,25 centímetros de longitud. En total se emplearán 115 toneladas de acero.
Siete años de negociación
La UV lleva desde 2011 reclamando al Ayuntamiento de València los permisos necesarios para cerrar el campus de Tarongers, uno de los epicentros del botellón en el norte de la ciudad. La autorización no llegó hasta marzo pasado tras siete años de negociación, los últimos tres con el Govern de la Nau que lidera el alcalde Joan Ribó.
La Universitat justifica la obra ante «la necesidad de aislar» este campus «para evitar que fuera del horario docente se convierta en un espacio urbano marginal con el consecuente quebranto del espacio público y pérdida de seguridad».
