Aunque las entidades han celebrado ya actos, fundamentalmente oficios religiosos, la Semana Santa Marinera empieza, como mandan los cánones, con el Pregón. A ocho días de que hermanos y cofrades empiezan a tomar las calles con el adelanto que es la retreta en el Canyamelar y a dos semanas exactas de que el 12 de abril, Cabanyal, Canyamelar y Grao acogan el Viernes de Dolor las primeras procesiones vespertinas.

La iglesia de los Ángeles volvió a ser el escenario de la lectura inicial. Con la llegada de las elecciones municipales, los actos festivos se convierten en observatorio de qué ediles o candidatos se dejan ver en este tipo de eventos. Algo que se repetirá durante los diez días en los que las calles de estos barrios estarán ocupados por tan característicos desfiles.

El acto tuvo un marcado carácter preelectoral. A escuchar al pregonero acudieron una veintena de cargos políticos de distintos estamentos y colores, aparte de las habituales autoridades militares y religiosas, encabezadas por el cardenal Antonio Cañizares.

El pregonero fue el periodista y teólogo Baltasar Bueno, que dedicó su discurso precisamente a destacar el carácter marinero de la festividad y la iconografía religiosa, en esta ciudad tan condicionada por la coletilla de vivir «de espaldas al mar». Recordó así al Cristo del Salvador, el Cristo del Grao («en el ADN religioso de este barrio está Jesucristo»), la iglesia del Cabanyal -escenario del pregón- y la del Canyamelar, reclamadas en su tiempo por la población marinera. «Gracias a vosotros, a la gente del mar, que seguís la tradición de vuestros antepasados, cada año el recuerdo de la muerte, pasión y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo se hace vivo por las calles y plazas de los pueblos marineros, de la València marinera. Lo celebráis de forma barroca, como corresponde antropológicamente a la gente que vive en la ribera del Mediterráneo y con las connotaciones evangélicas de la sal y la luz esplendorosa de la primavera valenciana».

Promoción necesaria

Además de la espiritualidad, practicidad. Reclamó el colaborador de Levante-EMV «la necesidad de una reflexión, más ahora que tenemos aquí autoridades y cargos públicos o los que pronto lo serán. La Semana Santa Marinera es un gran tesoro religioso, con una enorme carga cultural que es bastante desconocida, incluso entre los mismos valencianos. Y está necesitada de más promoción y difusión dentro y fuera de València».

Actos colectivos... en el centro

«Vista desde la óptica económica turística, teniendo en cuenta que hay un turismo religioso, cultural, festivo y antropológico, la Semana Santa Marinera puede ser un importante aliciente y atracción de visitantes nacionales e internacionales, que además tienen a pocos pasos estas extraordinarias playas» a lo que añadió el concepto de exportación de fuera hacia adentro: «habría que llevar a otras partes de la ciudad algunos delos actos de la Semana Santa Marinera para darla a conocer en vivo y en directo o reproducir en el centro algún acto colectivo porque mucha gente no conoce estas celebraciones».

Por último, Baltasar Bueno hizo reflexionar si el fervor de los días que se avecinan supondrán acompañar a Cristo «sólo unos ratos, unos momentos, unos días o lo seguiremos plenamente siempre, solidariamente, con todas las consecuencias, como hicieron aquellos primeros marineros y pescadores».

Rodeado de San Vicente

La Semana Santa Marinera se celebrará este año rodeada de los festejos de San Vicente Ferrer y el sexto centenario de su muerte. Así, el domingo 7 tendrá lugar la gran procesión conmemorativa que recorrerá el centro de la ciudad. Al viernes siguiente empiezan las procesiones en los Poblats, el Sábado de Pasión (día 16) coincide con el pregón vicentino y apenas 48 horas después del Desfile de Resurrección empezará el concurso de «miracles».