La explanada de la calle Eugenia Viñes se transformó ayer completamente para albergar el V Festival de Paellas de la Agrupación de Fallas del Marítimo. Casi tres meses después de los días grandes de la fiesta, más de 2.000 personas, pertenecientes a las 46 fallas integrantes de la agrupación dieron una lección de «germanor» y también de tradición culinaria, pues más de 100 paellas se cocinaron, a leña, como manda la tradición, y se degustaron en un ambiente cordial y festivo.

Por si fuera poco, el acto era solidario con dos entidades como Cruz Roja, mediante la iniciativa de donación de alimentos no perecederos «un faller, un kilo», en la que se recaudaron alrededor de media tonelada de alimentos.

Y también con la Asociación de Afectados de Ictus de la Comunitat Valenciana, que colocó un stand y que fue la beneficiaria íntegra de la recaudación de una rifa llevada a cabo ayer, tal y como explicaba a Levante-EMV el presidente de la Agrupación, Pepe Pastor. Él ponía en valor la relevancia de este tipo de actos: «Esta es una jornada de «germanor», de fallas de solidaridad y estamos muy contentos de ver a tanta gente aquí disfrutando de este día maravilloso», argumentaba.

Pastor aseveraba que se habían superado «todas las expectativas», en este quinto año del festival y recalcaba que lo hacemos «controlando siempre y con todas las medidas de seguridad que demanda la ley, vallado, ambulancia, aforo, está todo controlado».

«Es un día de solidaridad»

Al acto asistieron también los concejales en funciones de Turismo y de Cultura Festiva, Sandra Gómez y Pere Fuset. La primera, que además es fallera de la Agrupación y vecina del Cabanyal, se sentía en casa: «Siempre me gusta venir a este encuentro que reúne a todas las fallas del Marítimo. Creo que estas paellas y estos encuentros ponen en valor algo muy importante que están trabajando cada vez más fallas que es esa vertiente solidaria». Ella añadía que «a veces se habla de las fiestas, de los problemas que pueden conllevar de suciedad como vimos en 2019, pero tenemos que hablar también de lo positivo. Cada vez más fallas y agrupaciones que dedican parte de su programa a cuidar y ser solidarios con la ciudad en la que vivimos. Y es algo que hay que poner en valor», concluía.