En épocas de globalización y cambio climático, la gestión sostenible del agua se convierte en una necesidad casi imperiosa. De ello se encarga el Tribunal de las Aguas en València, la más antigua de las instituciones de justicia existentes en Europa, que este jueves, y como viene siendo tradición, se reunió en la puerta de los apóstoles de la Catedral de València.

Esta vez, sin embargo, el objetivo era distinto al de otras veces. Se trata del tercer Congreso Internacional Global Network of Water Museums, celebrado en el "Cap i casal" después de anteriores ediciones en Venecia y Holanda. Y es que, coincidiendo con el décimo aniversario del nombramiento del Tribunal como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO se decidió que este año, un centenar de participantes de veintún países diferentes acudiesen a la capital del Túria para la firma del acta constitucional de la Red Mundial de Museos del Agua.

El alcalde en funciones de València, Joan Ribó, quien acudió a la ceremonia del Tribunal de las Aguas, destacó en el contexto de los museos vivos, la huerta valenciana. Un elemento que el presidente del Tribunal de las Aguas, José Font Sanchis, calificó de "museo vivo".

Así, Ribó destacó el trabajo institucional realizado entorno al reconocimiento de la huerta como un "sistema mundial de agricultura sostenible", teniendo claro que la huerta "es una herramienta fundamental, como lo ha sido durante totda la historia, para alimentar a las personas que viven en la ciudad". "El hecho de que seamos de alguna manera un ejemplo de museo vivo es un buen ejemplo de gestión que se está haciendo en València sobre este tema", reivindicó Ribó.

Asimismo, este habría sido el último acto como conseller del representante de Transparencia en la Generalitat, Manuel Alcaraz. Un hecho con el que Alcaraz expresó sentirse "muy contento", dada la importancia hallada en el Tribunal de las Aguas, una institución que califica de "columna vertebral para la identidad del pueblo valenciano". El conseller reivindicó, por tanto, la importancia de este encuentro internacional en el "Cap i casal" sobre un elemento que hace años había sido considerada como una mera "curiosidad etnológica" de cada región, pero que ahora se hace evidente la necesidad de "aprender nuevas lecciones" para la "gestión del agua".

Cuatro días de congreso

Por otro lado, la tercera edición de la Conferencia Internacional de Museos del Agua, organizada por la Universitat de València, ha contado con un centenar de participantes de veintiún países diferentes. Durante los cuatro días de congreso, los congresistas abordan cuestiones relativas al tratamiento del agua, así como su gestión y también la de los museos dedicados a esta temática, incorporando buenas prácticas, innovación, educación, comunicación y medios digitales, arte y tradiciones, sostenibilidad, museografía, técnicas de regadío o patrimonio cultural, entre otros asuntos.