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Queja

Un paseo por la València olvidada

La Punta y Font d'En Corts denuncian el abandono que sufren por parte del ayuntamiento

Una asentamiento ilegal en la Punta, el tráfico de Font d'En Corts y los vertederos descontrolados (de izquierda a derecha).

La afrenta que viven dos de los núcleos más olvidados de València comienza cuando borraron parte de su historia. La Punta mantiene su alcalde pedáneo, pero la Font d'En Corts perdió su mínima autonomía a finales de la década de los 60 del pasado siglo. Ambas pertenecían a Pobles del Sud; sin embargo algún funcionario sin arraigo a la tradición pensó que era mejor arrebatarles su pasado y convertir a ambas poblaciones en pueblo y barrio del distrito de Quatre Carreres. «Los Pobles del Sud comenzaban al sur del río Túria, pero con la construcción del nuevo cauce y de las vías del tren nos quedamos en tierra de nadie y nos cambiaron de distrito», cuenta Paco Panblanco, tesorero de la Associació de Veïns Font d'En Corts.

Así que la primera gran batalla de La Punta y sus vecinos d'En Corts es recuperar su historia, salir de la Junta de Distrito de Russafa y formar parte de la del Sur, donde están sus orígenes. La anterior concejala de Pobles de València, Consol Castillo, lo intentó, al igual que arreglar ciertos desaguisados administrativos al norte de la ciudad, como en Poble Nou, pero la maquinaria municipal es tan compleja como tozuda para admitir un cambio de este tipo y aún siguen a la espera.

Precisamente de Consol Castillo es de la única concejala de la que hablan bien. «Fue la única que se ha preocupado mínimamente por nosotros. Del resto, nadie ha venido a ver en las condiciones en las que vivimos, ni con el PP, ni con PSOE y Compromís», lamenta Vicente Romeu, presidente de la AVV La Unió de la Punta.

La lista de desagravios es tremenda. La Punta fue el único pueblo de la ciudad que se quedó fuera de los presupuestos participativos de 2019. Ni un euro para esta pedanía. «Pedimos rebajar las aceras porque son demasiadas altas y luego una actuación generalizada de mejora del pueblo y nos tumbaron ambas propuestas. No contamos para nada», lamenta Romeu.

Votos que no cuentan

En Font d'En Corts algo han recibido de presupuestos participativos, pero lo mínimo. «El problema es que somos unas doscientas casas habitadas y eso al parecer no es suficiente para el Ayuntamiento», lamentan los representantes vecinales. Es cierto, el peso poblacional es la gran losa con la que se enfrentan los Pobles de València. Sus votos, unos centenares, apenas cuentan. Y mucho menos en materia de inversiones.

Lo normal es que en València la gente suspirara por vivir en La Punta o Font d'En Corts. Zonas privilegiadas rodeadas de huerta y pegadas a la ciudad. Su valor residencial es incalculable. Sin embargo, la degradación de los últimos años ha convertido estos núcleos en zonas propicias para los asentamientos ilegales, los vertidos de enseres y escombros, ocupaciones de viviendas, instalación de empresas con maquinaria pesada o de transportes, etc. Vivir, ya no se vive bien. Desaparecieron la mayoría de los servicios y tan solo el autobús de la EMT llegan de vez en cuando.

En La Punta se resignan, pero no rebajan el tono de crítica. «Aquí los problemas siguen siendo los mismos que hace 30 años: la mitad de las farolas de autopista no funcionan, las aceras son arcaicas, está todo lleno de escombros, hay mucho tráfico pesado de camiones, los caminos rurales abandonados, hay robos, etc. Somos los más abandonados de la ciudad», se lamenta, y eso que no menta las dos grandes cicatrices de la población: la ZAL y la depuradora que comparten con Pinedo.

En Font d'En Corts, además de los asentamientos y los vertederos incontrolados, el gran problema es el tráfico pesado de camiones. La carretera que atraviesa el núcleo es una especie de atajo para ir a Mercavalència o la V-30 y los vecinos no pueden más. «Soportamos cada día cientos de camiones, un paso de vehículos inhumano; por la noche pueden pasar hasta 4.000 furgonetas o camiones por nuestras casas. Es una locura y necesitamos que se pacifique la carretera, es una vía residencial, no un atajo y necesitamos más badenes a parte de los tres que pusieron. Nos tienen abandonados como si fuéramos una aldea de África», se queja Pepe Real, presidente de la entidad vecinal.

La Federación de Asociaciones de Vecinos de València ha querido visibilizar los problemas de La Punta y Font d'En Corts dentro de las actividades de su Semana Ciudadana, por ello visitaron ayer los dos pueblos reducidos a barriadas según la administración local.

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