La construcción de una segunda piel o doble fachada podría ser la alternativa al clásico aparato de aire acondicionado para climatizar los edificios más antiguos e ineficientes de la ciudad de València, adaptándolos, en la medida de lo posible, a los requerimientos de la arquitectura bioclimática, a la que el nuevo Consell ha querido dar protagonismo con una nueva conselleria.

La segunda piel es una solución que, según explicó a este diario el presidente del Colegio Territorial de Arquitectos, Mariano Bolant, se está aplicando en países como Francia y Alemania como alternativa a los sistemas clásicos de climatización de los edificios.

En el caso de València, cuyo parque de viviendas está muy anticuado y tiene una media de edad superior a los 45 años, es necesario empezar a pensar en medidas para mejorar la eficiencia energética de los edificios construidos entre los años 50 y 70 (que suponen alrededor del 30 % del parque residencial) y que cuyo aislamiento deja mucho que desear.

Mejor aislamientos exteriores

Las paredes de estas viviendas, son «en muchos casos de papel», destaca Bolant, quien asegura que antes de apostar por medidas de aislamiento interiores es preferible apostar por aislamientos exteriores para no perder metros dentro de la vivienda.

«Las dobles fachadas, a partir de la primera planta para no quitar anchura a las calles, son medidas que debería subvencionar la Administración para evitar que todo el esfuerzo económico caiga en las comunidades de propietarios», apunta Bolant.

«Hacer edificios bioclimáticos supone un coste extra que, sin embargo, acaba revertiéndose con el tiempo porque genera, por otro lado, un ahorro en la factura energética», explica Bolant, quien confía en que la nueva Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, en manos de Unidas Podemos-EU, sirva para concienciar de que la arquitectura sostenible y eficiente es una necesidad y de que para ponerla en práctica son necesarias subvenciones. Según el presidente del Colegio de Arquitectos de València, la mayoría de las nuevas promociones de la ciudad, en barrios como Malilla, incorporan ya las nuevas exigencias de eficiencia energética. La manera de construir viviendas «ha evolucionado», explica el presidente del Colegio de Arquitectos. En las nuevas construcciones se mira la orientación de los edificios, incorporando toldos o lamas en las fachadas de mayor soleamiento, se busca la corriente cruzada y los patios amplios que permite ventilar las viviendas sin coste energético, así como los sistemas de control pasivo, como nuevos aislamientos, donde se experimenta ya con materiales como la paja prensada, o sistemas de recogida y reciclaje de agua.