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El macroproyecto para recuperar la costa de Garrofera y el Saler costará 28 millones

Prevé el vertido de 3 millones de metros cúbicos de arena que se extraerán de un yacimiento submarino frente a Sueca

El macroproyecto para recuperar la costa de Garrofera y el Saler costará 28 millones

La regeneración de la línea de costa de las playas del Saler, Arbre del Gos y Garrofera no es algo baladí. Se trata de una macrooperación destinada a paliar los flecos sueltos que se fueron dejando durante décadas al intentar aliviar la regresión de la línea de costa con medidas puntuales. Un hecho que ahora obliga a la Dirección General de Costas a invertir un montante de 28 millones y medio de euros para la regeneración de la costa. La rebaja del arenal desde los años 60 con la construcción y las posteriores ampliaciones del Puerto de València, las edificaciones que sustituyen a la línea dunar de la playa, así como el déficit sedimentario del Túria, no solo tendría un impacto económico sobre la ciudad, debido a la pérdida de atractivo de un arenal casi comido por la marea, sino también de carácter medioambiental. Dado que conforman el cordón litoral que separa el mar de l'Albufera, un posible temporal supondría la afectación del parque natural de València, así como de la Devesa del Saler.

Los trabajos de dragado y vertido de los 3 millones de metros cúbicos de arena, extraída de un yacimiento submarino a 65 metros de las playas de Sueca, durarán al menos 13 semanas. Es tiempo más que suficiente para que la franja costera y todo lo que le rodea se vea afectada tanto en la fase de extracción como en el vertido del material, que se realizará mediante una draga de succión por arrastre.

La zona de actuación en la que se enmarca el proyecto es un área con una verdadera riqueza arqueológica (allí se han encontrado desde ánforas romanas, cerámicas medievales hasta varios fondos de tinajas), por lo que se desarrollará un programa de vigilancia ambiental para posibles hallazgos. Pero también se trata de un área con una gran importancia de fauna marina. Por ello la conservación de unas condiciones mínimamente favorables se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios por Costas a la hora de emprender cualquier tipo de acción en el entorno.

En el estudio de impacto ambiental, Costas analiza las afecciones sobre el paisaje, pero también sobre la actividades recreativas y de ocio, los espacios naturales protegidos, la calidad del agua, así como la afección a las comunidades naturales terrestres y la alteración de recursos pesqueros. Estos dos últimos son los que sufrirán los impactos más significativos. Y es que en las parcelas ocupadas para la construcción de los espigones que prolongarán la Gola de Puchol en unos 50 metros hacia el mar (el objetivo es evitar que los sedimentos allí depositados se desplacen hacia el sur), las comunidades de fitoplancton no tendrán capacidad de recuperación, ya que la zona quedará cubierta por materiales duros que serán colonizados por comunidades de características totalmente diferentes en una superficie afectada de más de dos millones de metros cuadrados. No obstante, Costas ha previsto la inmersión de buceadores especializados para el control de la comunidad marina, así como espigones de carácter biogénico que permiten calificar el impacto de «severo» a «moderado». También será evidente la alteración de la actividad pesquera, sobretodo en el caso de la captura de la Chirla y la Tellina. Se prevé, por ello, realizar las obras fuera de los meses de primavera y verano (época de mayor explotación, por lo que se recomienda que las obras tengan lugar en otoño e invierno), así como llevar a cabo un estudio detallado de afecciones a las pesquerías que incluya una valoración de los bienes afectados para, según los resultados, aportar medidas compensatorias que podrían pasar por la indemnización económica.

Así, puesto que la peor valoración del impacto, una vez ejecutadas las medidas preventivas, se califica como «moderado» y que se obliga a la redacción diaria, mensual y anual (durante una década) de informes de incidencia, se considera que las obras son «viables» desde el punto de vista ambiental.

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