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Cambio

Català pone el freno a Salom y su avalancha de denuncias

El PP adelanta que votará hoy en contra en el pleno de organización y no descarta ir a los tribunales por el recorte de dedicaciones y asesores

Català, rodeada de los siete concejales que le acompañarán en la legislatura. pp

María José Català apeló a los conocimientos jurídicos de María José Ferrer San Segundo y a las «reuniones constantes» del grupo municipal para dejar claro que los nuevos tiempos en el Partido Popular también incluyen las formas. Acaba, pues, la serie de acciones legales presentadas sin control por el asesor Luis Salom, a quien todavía le queda una bala, la del fraccionamiento de contratos de Pere Fuset. Pero ayer la líder de la oposición vino a decir que se pasará del trabuco a la mira telescópica. A atemperar los ánimos. «Veremos caso a caso. Hay determinadas acciones que hay que mirar. El fraccionamiento de pagos, por ejemplo, en otra administración levanta un conseller. En este ayuntamiento no». Preguntada si va a acabar esa dinámica de judicialización mostró su «respeto» por lo hecho. «Otra cosa es que ahora tengamos otros criterios de actuación». Aunque, de buenas a primeras, un contencioso podría caer por la decisión del alcalde Joan Ribó de endosar la condición de concejales a tiempo parcial sólo a los de la oposición. «De los que nosotros tendremos cuatro, la mitad». Hoy, en el pleno extraordinario, votarán en contra, al igual que Ciudadanos, para hacer ver, de buenas a primeras, lo que consideran criterio irregular «que demuestra que las intenciones del señor Ribó en su discurso de inicio de mandato se queda en nada. Ahora mismo, en el ayuntamiento hay concejales de primera y de segunda. Los primeros, ellos; los segundos, nosotros. Es una obstrucción de manual a la labor de oposición».

De la presencia de miembros del anterior grupo municipal, incluyendo investigados, defendió que «de un grupo de 23 personas hay cinco. No me parece para nada que se vulnere la renovación. Entrar en un ayuntamiento pensando que se sabe todo es desaconsejable. Y romper con todo es innecesario». Se intuye que son colaboradores con fecha de caducidad, que irán desvinculándose a lo largo de la legislatura, pero que ahora ejercen de puente con los recién llegados.

Català también aprovechó para analizar el final del pacto. Por ejemplo, lamentó el nombramiento de vicealcalde de Sergi Campillo «porque, siendo una persona sensata, la ponen ahí para templar en la guerra por suceder a Ribó que tienen Pere Fuset y Carlos Galiana». Y, por supuesto, Grezzi: «Es triste que, después de cuatro años, esperando tanto cambio, y todo se reduzca a un carril bici. Eran los que iban a luchar por los derechos sociales». Refirióse al nuevo ayuntamiento como «una estructura mastodóntica. Pero lo peor es que han tardado en ponerse de acuerdo para esto».

Tras el acuerdo de gobierno, Català ha nombrado ya su «equipo espejo» en el que cada área encomendada a cada edil de Compromís y PSPV tendrá su «alter ego» entre los populares. De los más destacados, que María José Ferrer llevar´´a todo el control administrativo. Urbanismo va para Juan Giner y Hacienda, para la propia Català. El vigilante de la movilidad de Grezzi será Carlos Mundina.

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