El Centro Mundial para la Alimentación Urbana Sostenible (Cemas) de València, apadrinado por la FAO e inaugurado este lunes por todo lo alto con apoyo de la Casa Real y presencia de la Reina Letizia, echa hoy a andar aún en precario, desde el punto de vista logístico, con cerca de medio millón de euros de presupuesto y el objetivo de convertirse en referente de la alimentación sostenible para las ciudades.
Las oficinas que tiene previsto ocupar el equipo del Cemas en la base del Alinghi están todavía en proceso de montaje (la reina, de hecho, no pudo visitarlas ayer). La previsión es que a lo largo de esta semana puedan empezar a montarse el mobiliario, ordenadores y telefónos y estar ya operativas, aunque ayer apenas había movimiento en las instalaciones. De hecho el director del Cemas, el periodista Vicente Domingo, estaba todavía atendiendo a algunos de los invitados llegados para la inauguración, que se habían interesado por ver el Mercat Central, uno de los referentes de la alimentación saludable y de proximidad.
El equipo del Cemás está formado, de momento, por cuatro funcionarios (la previsión es aumentar la plantilla hasta ocho o diez trabajadores) del propio ayuntamiento, una responsable de redes que colabora de forma externa, y el director (que fue fichado por el alcalde en diciembre de 2016 como comisionado para la capitalidad mundial de la Alimentación de 2017 mediante un contrato de alta dirección). Todos ellos tienen que trasladarse en estos próximos días desde las dependencias de la Concejalía de Mercado hasta la Marina.
El Cemas ocupará uno de los espacios para oficinas de la planta baja de la antigua base deportiva del equipo suizo del Alinghi, reconvertida ahora en espacio cultural-creativo y de exposiciones. El contrato de alquiler, 2.000 euros al mes, todavía está pendiente de recibir el visto bueno de la junta de gobierno del Ayuntamiento de València. La previsión es que el contrato se apruebe esta semana en junta de gobierno, según avanzó el propio director del centro, Vicent Domingo.
Los cuatro funcionarios del ayuntamiento que trabajan en el Cemas proceden de distintas áreas y han sido adscritos mediante una convocatoria de carácter voluntario. El equipo de Domingo lo forman un administrativo, una secretaria de dirección, un responsable de comunicación y una técnico especializada en gestión del conocimiento y alimentación hasta ahora adscrita a la delegación de Sanidad.
El Cemas cuenta con el respaldo financiero del propio ayuntamiento, que destinará una partida anual de 300.000 euros, de la Generalitat (que aportará 100.000 euros) y de la Diputación de València (que inyectará 50.000 euros). También está previsto una línea de colaboración europea, aún por cuantificar y activar, y una aportación del Ministerio de Exteriores, según Domingo. Según el propio centro, debería contar la participación pública permanente del Ministerio de Agricultura y la UE, y deja caer en el tríptico que se repartió el lunes que entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Comité de las Regiones, el Banco Mundial o el Comité Andino de Fomento «podrían ser parte de la estructura puntual o permanentemente».
En cuanto a las funciones y agenda del Cemas, su director explicó que el trabajo básicamente es la «gestión de información, conocimiento y talento». Una especie de consultora de la alimentación saludable que analizará estrategias y sistemas de alimentación urbana, explorando éxitos y también fracasos, para catalogar y hacer útil todo lo ese conocimiento y ponerlo a disposición de las ciudades para conseguir el objetivo que esta semana lanzó el alcalde de erradicar el hambre en el mundo.
Cuenta con un comité de expertos, en el que se incluyen el catedrático de Economía Agraria, José María Alvarez, y la directora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), Cristina Molina, y un consejo rector, que preside Joan Ribó. En la agenda del centro se incluyen una reunión de la Unión de Ciudades y Gobiernos Locales, una exposición de Alimentación Saludable y unas jornadas sobre Dieta Mediterránea apadrinadas por la FAO y Graziano da Silva.
