Movilizar y sacar al mercado de alquiler las miles de viviendas vacías que hay en la ciudad. Esa será una de las prioridades de esta legislatura para la nueva concejala de Vivienda y Patrimonio, Isabel Lozano, de Compromís, que el año próximo tiene previsto poner en marcha una oficina municipal de alquiler de vivienda. La propuesta no es nueva y, de hecho, el anterior gobierno del Partido Popular (PP) puso en marcha una oficina municipal de alquiler.
Como en la mayoría de grandes ciudades, la demanda de viviendas de alquiler en València es creciente, la oferta es escasa y los precios, cada vez más altos (en gran medida debido a la irrupción de los apartamentos turísticos).
Además de ampliar el parque público de viviendas, el ayuntamiento va a aplicar medidas para incentivar el alquiler de los pisos vacíos existentes en la ciudad, a través de dicha oficina.
Para animar a la propiedad de estos inmuebles a sacarlos al mercado, el ayuntamiento estudiará fórmulas fiscales como la rebaja del IBI, ofrecerá seguros ante impagos o desperfectos y pagará hasta una cantidad (alrededor de 8.000 euros) reformas para habitar las viviendas. «Se trata de una medida dirigida a personas que tengan una vivienda que no reúna condiciones porque la cocina o el baño están mal y el ayuntamiento puede arreglarla a cambio de que la ponga en alquiler», explica Lozano, quien añade que este tipo de ayudas exige una duración de siete años en los contratos de alquiler.
Ciutat Vella es el distrito donde se registran las cifras más altas de viviendas vacías, en concreto, un 30%, según un reciente informe elaborado por Aumsa, dentro del plan de directrices de calidad urbana. Recuperar y dar prioridad al uso residencial frente a las actividades terciarias, como los apartamentos turísticos, es otro de los objetivos del nuevo plan de Ciutat Vella.
De las 409.000 viviendas existentes en la ciudad, se calcula que 60.000 (un 14%) están vacías. «Este es un dato que se da siempre pero que ahora queremos revisar y actualizar», indica la concejala de Vivienda, que quiere contrastar con la realidad para conocer con exactitud las cifras y poder aplicar las medidas correctas.
El modelo de Zaragoza, impulsado durante la pasada legislatura por Pedro Santisteve (de Zaragoza en Comú), es el que está estudiando como referente la concejalía de Isabel Lozano. En la capital aragonesa han puesto en marcha un plan de «movilización de la viviendas vacías» denominado «Alegra tu vivienda» que ha logrado captar más de 400 inmuebles y que ofrece, entre otras medidas, una bonificación del 50% en el recibo del IBI, el pago garantizado de la renta, la financiación sin intereses de la adecuación de la casa hasta un máximo de 6.000 euros y el pago garantizado de la renta de alquiler.
Gastos de comunidad
Para incentivar el alquiler de las viviendas vacías, el Ayuntamiento de Zaragoza también asume los gastos de comunidad (no incluye derramas o reparaciones fuera del mantenimiento general) desde la formalización del contrato de arrendamiento, y la contratación de un seguro multirriesgo de hogar a cargo de Zaragoza Vivienda. El ayuntamiento, ahora gobernado por el PP, ofrece garantía de devolución de la vivienda en el mismo estado de conservación, salvo el desgaste normal ordinario generado por el uso, y la posibilidad de recuperar la vivienda si en un plazo de seis meses no ha sido ocupada mediante un contrato de arrendamiento, previa devolución de ayudas económicas, si se han producido.
En Zaragoza también se ha ampliado en un 40% el parque público de alquiler social, pasando de 1.535 viviendas en 2015 a 2.224 en enero de este año, según informa el ayuntamiento en su web. Unas cifras que están muy lejos de las de València donde el parque de vivienda social municipal lo forman 130 pisos (sin contar las casi 150 que existen -aún sin reformar y adecuar- en el Cabanyal), que están adjudicados. La lista de demandantes de viviendas sociales supera las 800 personas.
