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Polémica

València quiere ser ciudad libre de tráfico sexual mientras repunta la prostitución

Los vecinos de Velluters denuncian una mayor conflictividad en el histórico barrio chino

Vecinos de Velluters contra la prostitución. levante-emv

València quiere ser una ciudad libre de tráfico de mujeres y menores destinados a la explotación sexual. Así lo dejará patente el gobierno municipal a través de una moción impulsada por la concejala de Igualdad, Lucia Beamud, en el próximo pleno municipal del jueves. Con la aprobación de la moción, el «cap i casal» se adherirá a la red de localidades en contra de la trata sexual. En la práctica, sin embargo, la situación es preocupante al menos para los barrios más afectados. El presidente de la Asociación de Vecinos El Palleter, del barrio de Velluters, Ricardo Burguete, asegura que la ordenanza contra la prostitución «no se aplica nada» y desde hace dos meses han repuntado los problemas en la calle Viana, el corazón del histórico barrio chino.

La propuesta defiende la necesidad de luchar desde todos los ámbitos, incluido el local, contra el tráfico y la explotación sexual de mujeres y menores, que se trata del «segundo mayor comercio ilegal del mundo, por detrás de la venta de armas y por delante del tráfico de estupefacientes», dijo Beamud.

La moción por un municipio libre del tráfico de mujeres y niños define la prostitución como una forma de explotación que debe ser abolida y no una profesión que hay que reglamentar porque «legitima las relaciones patriarcales e implica aceptar un modelo de relaciones asimétricas entre hombres y mujeres donde éstas se encuentran subordinadas y dominadas».

Además, el texto argumenta que «si convertimos esta violencia en una profesión como otra cualquiera, tendremos una sociedad donde a las chicas se les ofrece como salida laboral la venta de su cuerpo, y donde los chicos les llegará el mensaje de que pueden usarlas como objetos, comprando su cuerpo con dinero para su disfrute sexual. Si se regula la prostitución, educar en la igualdad en nuestra ciudad será imposible, y este planteamiento no tiene cabida en el Ayuntamiento de València».

Así, Beamud apuesta por «defender la postura del movimiento abolicionista» y «poner el foco en las personas que demandan: la clientela, los prostituidores». «Sin demanda, la oferta desaparece, por lo que hay que centrar las medidas en la erradicación de la demanda», dice.

Los municipios que se suman a la red se comprometen, según el Movimiento Democrático de Mujeres que la impulsa, a realizar una campaña periódica para sensibilizar y convencer a la población que la prostitución es igual a violencia de género y explotación de las mujeres. También exigirán al Gobierno central una normativa que penalice, como Suecia, los hombres que compran a las mujeres, y que en ningún caso irá contra las mujeres prostituidas. Y, entre otras cosas, apostarán por una intervención preventiva en las causas de la prostitución encaminada a erradicar la precariedad del mercado laboral y las condiciones de explotación.

En la moción se recuerda que el ayuntamiento ya tiene un trabajo en esta línea, como el Protocolo de intervención con víctimas de trata para la explotación sexual en la ciudad de València. Así mismo, ha expresado reiteradamente su compromiso contra el tráfico de seres humanos y ha manifestado la necesidad de «perseguir la explotación sexual con una estrategia contundente de tolerancia cero». Y finalmente, el plan marco de igualdad entre mujeres y hombres incluye campañas de sensibilización ciudadana contra el tráfico de mujeres.

La ordenanza «no se aplica»

No dice nada el ayuntamiento del principal elemento que tiene para perseguir la prostitución, que es la ordenanza contra la prostitución de 2013, cuyo eje principal es sancionar al cliente y al proxeneta de la calle antes que a las mujeres prostituidas.

Precisamente, el presidente de la Asociación de Vecinos de Velluters, Ricardo Burguete, explicó ayer que esa ordenanza, impulsada conjuntamente por el PP y el Partido Socialista, «no se está aplicando nada». Es más, asegura que en los últimos dos meses se ha producido un aumento de la prostitución y el tráfico de drogas en la calle Viana, corazón del histórico barrio chino, con mujeres provenientes en su inmensa mayoría de los paises del Este.

Burguete explicó que la semana pasada tuvieron una reunión con la Policía Nacional y la Policía Local por este asunto y que ahora tienen pendiente un encuentro con el nuevo concejal de Policía Local, Aarón Cano, para hacerle llegar de primera mano la situación en las calles del centro de València.

El origen de este repunte parece estar, según Burguete, «en la presión que está habiendo en la Malva-rosa», lo que no deja de poner sobre la mesa el problema que existe en distintos puntos de la ciudad.

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