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La contaminación de los vehículos en las ciudades reduce la vida hasta 4 años

Un informe de València per l'Aire alerta del gran número de probalidades de sufrir cáncer, enfermedades cardiorespiratorias o asma

La contaminación de los vehículos en las ciudades reduce la vida hasta 4 años

La plataforma València per l'Aire, formada por más de 25 colectivos vecinales, madres y padres de alumnos, entidades sociales y ecologistas, ha hecho público un informe sobre la relación entre la salud de las personas y los barrios en los que residen o trabajan, un ámbito estrechamente ligado con la calidad del aire y el tráfico. Tras demostrar que un mayor número de vehículos en circulación expone a altos niveles de contaminación ?un estudio que avanzó Levante-EMV el pasado mes de octubre?, los responsables de la plataforma recuerdan a través de la publicación de datos abiertos a la ciudadanía que la polución provocada por los vehículos (fundamentalmente partículas en suspensión y gases de los motores) tiene un impacto directo sobre la salud de las personas, especialmente asociado con el aumento de probabilidades de sufrir cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, asma o ictus.

La comunidad científica es concluyente en la relación entre la contaminación provocada por los vehículos y el aumento de enfermedades. Por ejemplo, la revista The Lancet Oncology publicó un estudio que afirmaba que cada aumento de cinco microgramos por metro cúbico de contaminación de partículas PM2.5, el riesgo de cáncer de pulmón incrementaba un 18 por ciento y por cada ascenso de 10 microgramos por metro cúbico en la contaminación por PM10, las probabilidades subían en un 22 %. Otro informe de 2010 desvelaba que la distancia entre los focos de tráfico y el aumento del asma infantil estaban muy relacionados, hasta el punto de que a menos de 100 metros se disparaban los casos de esta enfermedad.

En este sentido, València per l'Aire hace una afirmación contundente: «Si en una ciudad aumenta la contaminación un 30 por ciento eso supone aumentar la probabilidad de morir un 25 %. Si queremos un impacto cero, entonces la circulación de coches ha de ser cero». Y como ejemplos cita el episodio de gran polución que sufrió Londres en diciembre de 1952, donde el exponencial aumento de gases contaminantes tuvo relación directa en el aumento extraordinario de defunciones.

Avenidas peligrosas

El estudio realizado por València per l'Aire sobre la calidad del aire de la ciudad en 2018, evidenció que los vecinos que viven en los principales accesos a la ciudad, grandes vías y otras avenidas viven con exposiciones de gases contaminantes NO2 por encima de los 40 microgramos anuales, que es el umbral máximo permitido por la ley. Estas personas tienen, estadísticamente, más probabilidades de sufrir alguna enfermedad cardiovascular o cáncer de pulmón, por poner los dos ejemplos palmarios. Diversos estudios científicos señalan que la vida de una persona se puede ver acortada entre 1 y 4 años por una exposición alta a la contaminación, como recoge València per l'Aire en las conclusiones de su extenso informe, con múltiples referencias científicas.

La plataforma que vela por la calidad del aire advierte que su estudio sobre salud y barrios no podrá completarse hasta 2020, cuando Conselleria de Sanitat tenga los resultados del informe del proyecto Medea, que analiza las desigualdades socioeconómicas y medioambientales en áreas pequeñas de las ciudades. Ofrecerá datos actualizados sobre enfermedades y mortalidad a pequeña escala, como los barrios. Será entonces cuando podrán cruzar datos y comprobar la relación entre el aumento de casos de ciertas afecciones y la polución. «Sabemos que las personas que viven en las zonas más pobres de la ciudad tiene peor salud por una peor alimentación, presencia de drogas, tabaquismo, alcohol, etc. En pocos meses seremos capaces también de relacionar la mala salud con la contaminación a escala de barrio, y eso es muy importante», explica José Manuel Felisi, portavoz de València per l'Aire y técnico en calidad ambiental.

El lugar de trabajo, esencial

Felisi, sin embargo, habla de otra «confusión» actual en la relación entre la polución producida por los vehículos y la salud de las personas. «Sabemos dónde vive la gente, pero también es esencial saber dónde trabaja, que es donde pasa la mayor parte de su tiempo a lo largo del día. Las personas no respiran donde viven, sino donde trabajan. Hasta ahora relacionamos casos de enfermedades con ciertos barrios, pero será importante relacionarlos con polígonos industriales o zonas de oficinas pegadas a vías de gran intensidad de vehículos donde hay más exposición».

Así, recuerda que el 72,6 por ciento de los desplazamientos en el área metropolitana que salen y entran de València son en coche y que las personas que residen y trabajan en su mismo barrio representan un porcentaje muy bajo. Los tiempos de mayor exposición a la contaminación son entre las 6:30 de la mañana y las 10:30 horas, es decir, que coinciden con el desplazamiento a los lugares de trabajo.

Actuación en toda la ciudad

¿Qué modelo debe seguir València? Ante la preocupación por la calidad del aire con la que cuenta la ciudad, desde València per l'Aire son partidarios de establecer una hoja de ruta sin dilación en la que las autoridades deben actuar en el ámbito metropolitano. Las medidas, si se aplican solo en la ciudad de referencia, no logran una mejora significativa. Esta conclusión sirve también a pequeña escala. Cuando se pacifica un calle o un barrio en concreto, sin actuar en toda la urbe, la contaminación simplemente se traslada de un lugar a otro, pero no se reduce, como demostró un reciente estudio en Barcelona del investigador del CSIC Xavier Querol.

La hoja de ruta que propone València per l'Aire «está inspirada en la receta del proyecto europeo AirUse», explica José Manuel Felisi, que advierte que su plataforma no ha inventado nada, sino que se base en conclusiones que se han obtenido tras el estudio científico de patrones de muchas ciudades.

València per l'Aire propone cinco estrategias para mejorar la salud de las personas en el área metropolitana, una vez se ha asumido la relación directa entre salud y número de vehículos, y la de la intensidad media diaria con la contaminación.

La primera medida que proponen, por orden de necesidad, es la conexión metropolitana de los parques empresariales de las distintas ciudades con València, con líneas de bus directas de alta capacidad. La Generalitat acaba de anunciar un proyecto piloto para el próximo año. La segunda es mejorar urgentemente el servicio de Rodalies de Renfe, sin olvidar que debe seguir mejorando el servicio de EMT València y que se debe apostar por la creación de carriles bus VAO en las principales entradas de la ciudad.

La cuestión del peaje urbano

La tercera gran medida es la reordenación del espacio urbano, algo a lo que València se apuntó desde hace aproximadamente cinco años sin esperar a las medidas que, jerárquicamente, se deberían haber llevado a cabo en el ámbito metropolitano. Así, en el «cap i casal» València per l'Aire pide priorizar el aparcamiento residencial de los vecinos de los barrios y reducir el aparcamiento de libre uso. Y la medida que quizá genere más controversia: la implantación de un sistema de peaje urbano, que sería gratuito para los coches compartidos (a partir de tres ocupantes), para desempleados o personas con movilidad reducida.

En este sentido recuerdan que el modelo de ciudad al que aspira València per l'Aire es Estocolmo, que redujo la contaminación significativamente a partir de implantar un sistema de peaje urbano.

La cuarta medida sería la electrificación de las flotas de transporte de mercancías y los servicios de taxi, Uber o Cabify, mientras que en un último estadio se apostaría por la creación de supermanzanas en las ciudades que prioricen el uso residencial de las calles, una medida que el Ayuntamiento de València va a impulsar en este mandato.

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