El Ayuntamiento de València ha asumido en los últimos años competencias en materia de inmigración que son del Gobierno de España e impropias de la administración local. Fuentes de la Concejalía de Cooperación al Desarrollo y Migraciones, que dirige Maite Ibáñez, subrayan que todos los días se atienden a personas refugiadas o desplazadas por diferentes causas y que han llegado a la ciudad por sus propios medios. En 5 años, se ha triplicado el número de refugiados que recibe la ciudad: 96, en 2015; y unos 300, ya en 2019.
El Ayuntamiento de València, con el Govern de la Nau entonces y formado por fuerzas progresistas como ahora, aprobó el 25 de septiembre de 2015 la declaración de València como Ciudad Refugio, para apoyar a las personas que intentan llegar a los países de la Unión Europea huyendo de la gravísima crisis humanitaria -por motivos políticos, económicos, bélicos y de privación de los derechos humanos-, que sufren diferentes países.
«Efectivamente, estamos asumiendo competencias impropias. València, Barcelona, Málaga, Alicante... Atendemos a mucha más gente. Unos 5.500 servicios al año, pero a 300 personas las tenemos completamente cubiertas», indican las fuentes consultadas.
La llegada a la concejalía de la socialista Maite Ibáñez ha supuesto un giro notable en la forma de abordar la gestión migratoria en la capital valenciana. Para 2020, confirman estas fuentes ha habido «un incremento del presupuesto de la concejalía del 22,5%» y solo en inmigración del 58%». Esto ha ido acompañado «del giro en la estrategia a recursos habitacionales de «Segundo nivel». «Tratamos de tener a todo el mundo -manifiestan las mismas fuentes- en servicios donde sepamos quienes son, qué hicieron antes de llegar aquí, qué necesitan (lenguas, formación), cuál es el plan viable para insertarlos, permisos de trabajo, salud..., en definitiva, se trata de brindarles un tratamiento integral».
