Freno a los huertos urbanos en València: demasiada demanda para poco suelo

Las parcelas agrícolas de Malilla, Rambleta y Sociópolis tienen listas de espera

Los huertos desaparecen de los grandes desarrollos y el único proyecto nuevo está en Orriols

Los huertos del Parque de Malilla

Los huertos del Parque de Malilla

Los huertos urbanos destinados a estimular el autoconsumo y la producción propia de hortalizas y verduras por parte de la ciudadanía de la que el anterior gobierno de Joan Ribó, de Compromís, hizo bandera se enfrentan a un futuro incierto. Mientras el anterior alcalde anunció cambios en las ordenanzas urbanísticas para incluir obligatoriamente las parcelas agrícolas como dotación en los nuevos desarrollos urbanos, proyectó un jardín agrícola en el solar de Jesuitas, o promocionó en la nueva Estrategia Verde de Valencia el cultivo de hortalizas en azoteas o balcones, dando alas a la proliferación de este tipo de espacios de cultivo de gestión ciudadana en solares vacíos en distintos puntos de la ciudad como Benimaclet o el Cabanyal, el nuevo el nuevo gobierno de PP y Vox no tiene la creación de nuevos huertos urbanos, de gestión pública o privada, entre sus prioridades.

El único proyecto nuevo a la vista es el de Orriols, con 25 parcelas, aprobado en la junta de gobierno del viernes y herencia del anterior gobierno. El concejal de Parques y Jardines, Juanma Badenas, asegura tener en estudio la ejecución de nuevos huertos pero aún carecen de plasmación presupuestaria. Y eso que la demanda de huertos es alta y las listas de espera para acceder a una parcela son largas como confirma el propio ayuntamiento y los colectivos que gestionan los principales huertos urbanos de la ciudad, ubicados en Malilla y la Rambleta, donde las matas de alcachofas y las lechugas parecen un vergel entre las torres de edificios de nueva construcción.

Los huertos entre torres no funcionan por la sombra

Así se puede ver en la página web de la Asociación Geshuma la entidad que gestiona los huertos del parque de Malilla, en total 84 parcelas donde se cultivan patatas, pimientos o tomates y que ocupan una superficie de 12.100 metros cuadrados. La asociación cerró en junio del año pasado la lista de espera, con más de 200 personas inscritas, más de medio centenar mujeres y también bastantes extranjeros, sobre todo ciudadanos de nacionalidad china, francesa e italiana. Los huertos, explican fuentes de la concejalía de Agricultura, tienen mucha rotación, hay gente que los coge un tiempo y luego los deja. También hay unas parcelas más codiciadas que otras, donde los edificios altos proyectan su sombra y no dejan crecer los cultivos.

La posibilidad de que los urbanitas cultiven en València, que este año celebra la Capitaldad Verde, sus propios pimientos y pepinos parece alejarse en una ciudad donde la vivienda, en alquiler o en propiedad, es casi un imposible el suelo se aprovecha al máximo. Por mucho que se apoyen en el argumento del autoconsumo los huertos urbanos no dejan de ser espacios de uso privativo, habitualmente vallados.

Huertos de sociópolis

Huertos de sociópolis / AV

Ni siquiera en el controvertido PAI de Benimaclet donde el anterior alcalde, Joan Ribó, hizo "casus belli" de las parcelas agrícolas con sus socios de gobierno del PSPV, planteando mantener decenas de huertos legales e ilegales que habían ido ocupando los terrenos tras años de abandono, está ya claro que los vaya a haber.

En el diseño inicial, pese a ser solo un boceto, se incluyeron los huertos urbanos como una dotación más del barrio, pero el planeamiento en el que se trabaja ahora Metrovacesa, principal propietaria de los terrenos, deja abierta la posibilidad de que las zonas verdes (más de 70.000 metros cuadraros) puedan albergar o no huertos urbanos. El plan está en una fase temprana, no será hasta más adelante (ya después de la aprobación de la evaluación ambiental) cuando se concrete el diseño exacto y el programa de usos.

A priori, el plan de Metrovacesa consensuado con el nuevo gobierno de PP y Vox incluye un parque lineal compuesto por dunas verdes y vegetación autóctona. Un parque que prevé mitigar el impacto de la ronda y conectará la ciudad con la huerta y dar impulso a la biodiversidad. También se conservarán los caminos tradicionales y las acequias, y se recuperarán las alquerías priorizando el uso público. De los 70.000 m2, la mitad aproximadamente serán un gran parque central urbano para el disfrute de todos.

En el PAI del Grao, otro gran desarrollo, que ha vuelto al diseño de 2011 tampoco hay previstos huertos urbanos. Ni otros desarrollos ahora en proceso de urbanización como los cuarteles de San Vicente los prevén.

La Concejalía de Agricultura, ahora en manos de Vox, asegura que las tres zonas de huertos urbanos impulsadas por el ayuntamiento en las pasadas legislaturas (la citada de Malilla, con 84 parcelas, el parque de la Rambleta, donde hay otros 48 huertos que ocupan 8.126 metros cuadrados y cuya concesión ha vuelto a salir a licitación, y la parcela agrícola educativa del Barco (Vaixell), con otros 23 huertos, en tierra y en jardineras, están a plena ocupación. Suman unos 147 huertos en toda la ciudad. A los que hay que se añaden los que gestiona el propio ayuntamiento a través del Consell Agrari en el nuevo barrio de Sociópolis, con 250 usuarios, un 90% de ocupación y donde algunos huertos se destinan a colectivos que trabajan con personas con diversidad funcional o en riesgo de exclusión. Los huertos, algunos pendiente de desocupación, tienen también lista de espera.

La actual concejala de Agricultura, Cecilia Herrero, sopesa la idea de impulsar una Escuela Municipal Agraria para fomentar la agricultura y garantizar el relevo generacional en la huerta, cada vez más mermada, pese a los intentos de protegerla y reactivar la actividad económica.

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