El Ayuntamiento de València medirá a través de sensores, que ya se han empezado a instalar, la saturación turística en monumentos y entornos singulares como la plaza del Ayuntamiento, el Mercado Central, la Basílica de la Virgen y la Cripta de San Vicente. La iniciativa se enmarca en el programa europeo de investigación (Herit-Data) en el que participan València y otras ciudades europeas, como Florencia y Dubrovnik, y que está basado en un software de análisis de datos a través de sensores.
Los dispositivos ya se han colocado en el puerto en la zona de llegada de los cruceristas y en la Basílica de la Virgen. El proyecto, liderado por la Conselleria de Turismo y en el que participa la Diputación de València, incluye también la colocación de sensores en el aeropuerto, la estación del AVE, la Ciudad de las Ciencias, así como el puerto, que colabora en el programa a través de la fundación Valenciaport.
Los sensores inalámbricos detectarán los dispositivos móviles con conexión Wifi activada, lo que permitirá obtener información on-line y en tiempo real de diferentes parámetros, como ubicación, flujo de personas, horas de mayor afluencia, y también parámetros ambientales aplicables a la conservación preventiva del patrimonio histórico. A partir de los datos obtenidos se podrán «diseñar políticas para mejorar la movilidad y promover un turismo sostenible», explica el concejal de Turismo, Emiliano García.
En las reuniones que han mantenido Emiliano García y el concejal de Administración Electrónica, Pere Fuset, con los técnicos de la empresa que comercializa el sistema de monitorización (Telefónica) se han visto las posibilidades que este tiene a la hora de desarrollar las denominadas ciudades inteligentes («smart cities»)
Los datos que capturen los sensores se volcarán en la página web del ayuntamiento y las primeras conclusiones se darán a conocer el próximo mes de marzo, aunque el proyecto de monitorización se prolongará hasta 2022.
Objetivos
A través de los datos recabados se determinará la capacidad de carga del espacio, el flujo de turistas, la percepción ciudadana de la aglomeración, la calidad en el acceso a los servicios y la calidad de vida de los residentes.
Tal como recoge el Magazine Turisme Comunitat Valenciana, el fenómeno de la saturación o masificación turística se ha convertido en una preocupación creciente para los gestores de las ciudades. El boom turístico que vive València, una ciudad que ha duplicado ampliamente en siete años el número de turistas internacionales, ha llevado al nuevo gobierno municipal a tomar medidas para limitar desde la normativa urbanística la proliferación de apartamentos turísticos y, con ello, el desplazamiento de la población local de barrios como el Carmen, en Ciutat Vella, Russafa y también el Marítimo.
El programa europeo de control de la saturación turística supone un paso más en esta línea. Herit-Data se enmarca en el programa Interreg Mediterranean cuyo objetivo es medir y reducir el impacto del turismo en ciudades patrimoniales, a través del uso de nuevas tecnologías.
Los precedentes
La vigilancia del patrimonio histórico a través de sensores no es nueva en València. La catedral colocó una veintena en la boveda del altar mayor para controlar las condiciones de temperatura y humedad de los frescos renacentistas de los Ángeles Músicos. Los sensores han estado varios años desactivados por falta de financiación y ahora, tras conocerse los problemas de humedad que han aparecido en las valiosas pinturas, volverán a colocarse, con un software actualizado, al tratarse de uno de los sistemas preventivos más eficaces.
El programa europeo al que se ha sumado València contempla también el desarrollo de una plataforma de interpretación de los datos recogidos por la sensorización, capaz de generar índices sencillos sobre el comportamiento de los turistas.
