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Un verano de piscinas sin hamacas, con reserva previa y solo para vecinos

El Ayuntamiento de València prepara el protocolo para la apertura de las instalaciones en la fase 2, mientras otros municipios lo descartan

Piscina de Benicalap, una de las primeras que abrió en la ciudad. m.a. montesinos

València contará previsiblemente este verano con piscinas al aire libre, algo que no todos municipios se plantean hacer dado el elevado coste que para supone para los ayuntamientos la adaptación de estos recintos a las medidas de higiene y distancia social exigidas para evitar un repunte del coronavirus. Unas medidas que obligan a desinfectar varias veces al día las instalaciones y que implican la supresión de elementos habituales del paisaje de las piscinas como las hamacas y tumbonas, también a precintar duchas y vestuarios y a la prohibición de comer o beber en el césped.

Al margen de las playas, las piscinas al aire libre son una de las principales opciones de ocio y esparcimiento para muchos valencianos que no pueden o no tienen opción de irse de vacaciones fuera de la ciudad. Hasta tal punto que muchas piscinas prolongan su horario con actividades y servicios en horario nocturno.

Consciente de la demanda y la necesidad más que nunca de las piscinas en un verano más que atípico, el Ayuntamiento de València prepara ya el protocolo para la apertura de sus siete piscinas al aire libre (en Benicalap, Parque del Oeste, Benimaclet, Natzaret, el Palmar, Castellar-Oliveral y la Hípica) a lo largo del mes de junio. La apertura se producirá cuando la ciudad entre en la fase dos de desconfinamiento y con estrictas medidas de higiene y control de aforo, según avanzó ayer la concejala de Deportes, Pilar Bernabé.

Antes de la crisis del coronavirus las piscinas tenían previsto abrir el 18 de junio, aunque dos de las instalaciones de gestión indirecta (Benicalap y Parque del Oeste) podrían, si las condiciones de la covid-19 lo permiten, adelantar una semana el inicio de la temporada. Los usuarios, sin embargo, no podrán acceder libremente a las piscinas de València y será necesario, según se baraja en el protocolo que ultima el ayuntamiento, reservar, a través de una nueva aplicación informática, día y hora para poder acudir al recinto.

Medidas

Además, en el caso de València no se permitirá la entrada a usuarios de otras poblaciones vecinas. El baño en las piscinas solo estará permitido para los vecinos empadronados en València. Las directrices de la desescalada obligan a desinfectar con lejía diluida el recinto, algo que las piscinas de València harán al mediodía. El personal se organizará en dos turnos, para poder asumir las nuevas tareas de desinfección y limpieza. «Abrir las piscinas y no digamos los polideportivos va a tener un coste muy alto», admite Bernabé, quien detalla que «al personal hay que dotarlo de medios de protección, entre ellos mamparas, y es posible que tengamos que hacer obras, por ejemplo, para la colocación de tornos para el control de acceso, precisa Bernabé.

Otra de las piscinas públicas, aunque no de gestión municipal, que está pendiente de la evolución de la pandemia es la de la Marina de València, que se abrió el año pasado y que fue un éxito de público. Los responsables del Consorcio València 2007 no tienen certeza der que la piscina de la marina, que se ubica en la dársena interior, junto al edificio de La Base y el Varadero, pueda volver a abrirse este verano.

Como el de València, muchos ayuntamientos debaten estos días si podrán abrir las instalaciones, por el elevado coste que puede suponer adaptar los recintos a las exigencias de la pandemia. En la capital, la concejalía de Deportes detraerá inversiones previstas este año que finalmente se van a retrasar para poder asumir el coste de la adaptación de las piscinas al coronavirus.

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