El Ayuntamiento de València se ha convertido en la primera ciudad del mundo que verifica y certifica el impacto medioambiental que produce su actividad turística. Los 2,1 millones de turistas que recibió València en 2019 y los 2,2 millones de visitantes que pasaron un día en el Cap i Casal produjeron el año pasado 1,2 millones de kilos de CO2, según el informe realizado por Global Omnium y certificado por Aenor. Según anunció la vicealcaldesa Sandra Gómez y el concejal de Turismo, Emiliano García, el objetivo de València es que en 2025 neutralice toda la huella de carbono que produce el sector turístico, es decir, que hasta entonces se reduzcan un 40 % las emisiones y se compensen el 60% restantes.

Según explicaron los responsables del informe de Global Omnium, la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por la actividad turística equivale sólo a la tercera parte de la huella de carbono generada, por ejemplo, por el consumo de alimentos de todos los habitantes de la ciudad de València.