"Orxata", "Perla", "Túria" y "Valentia" son los cuatro nombres sobre los que la ciudadanía de València está votando para, definitivamente, bautizar a la cría de ardilla encontrada en el Jardín del Turia y que supone la primera nacida en libertad en el antiguo cauce del río. Se trata de la segunda generación dentro del programa impulsado desde el ayuntamiento para introducir esta especie autóctona y de apreciable valor ecológico, pero que no ha sido capaz de llegar por medios naturales al jardín urbano procedente de los bosques cercanos, donde sí que es un animal mucho más habitual.

A primeros de semana, el ayuntamiento lanzó un concurso de ideas por redes sociales para, de todas las propuestas, seleccionar lasque, finalmente, pasarían a votación. En el twitter del ayuntamiento es donde se está llevando a cabo la votación on line.

La capacidad de imaginación de los internautas no ha tenido límite, aunque muchas de las propuestas tenían connotaciones o nombres valencianos. Se solicitaban nombres ambiguos o femeninos, habida cuenta del sexo del animal, que no está plenamente contrastado, pero parece ser hembra. Los cuatro finalistas juegan con esa alusión valenciana y con la posibilidad, llegado el momento, de servir también para un macho.

En la criba del concurso de ideas quedaron fuera nombres plenamnete femeninos, como Amparo, Empar, Pepa, Vicentica, Tica. Y también uno que tuvo no pocos seguidores: Rita, por parte de los admiradores de la ex alcaldesa -y que ahora afean la exclusión de esta opción-.

Nombres como "Mascletà", "Xufeta", "Riueta" o "Roigeta" también formaban parte del listado, así como otros que copiaban nombres de ardillas de ficción, como Rasi o Alvin.

El bebé ardilla se encuentra en el Centro de Recuperación del Saler, procurando que pase los primeros meses críticos de vida, fuera del alcance de depredadores naturales o artificiales.

La presencia de ardillas en las zonas boscosas del Jardín del Turia (especialmente, desde el puente del 9 d'Octubre al de les Arts, donde hay zonas proclives para establecer su hábitat) se persigue dentro de un programa de ecología urbana, atendiendo tanto a que no es una especie exótica y que se considera que las ardillas favorecen la biodiversidad.