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El CVC recela del urbanismo táctico

En su informe sobre la reciente peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento analiza esta nueva forma de transformar las ciudades de forma rápida y barata y pone en valor el urbanismo clásico, garantía de «solidez, duración y belleza»

La peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento de València ha generado todo tipo de opiniones a favor y en contra. | LEVANTE-EMV

Plaza del Ayuntamiento, plaza del Mercat (Lonja), plaza de San Agustín y un amplio etcétera de espacios públicos de la ciudad de València se han visto radicalmente transformados, básicamente peatonalizados, mediante lo que conocemos como urbanismo táctico, un sistema de transformación rápida y barata de las ciudades que acumula tantas ventajas como inconvenientes. Así lo plantea, de hecho, el Consell Valencià de Cultura (CVC) en su último informe sobre la peatonalización de la Plaza del Ayuntamiento, mostrándose finalmente más partidario del urbanismo clásico, garantía de «solidez, duración y belleza».

Constata el CVC que el urbanismo táctico ha sido asumido en las últimas décadas por todas las ciudades del mundo, «incorporando intervenciones en el espacio público consistentes en su mayor parte en modificaciones superficiales de calles y plazas tendentes a restringir la movilidad de vehículos privados, facilitar el tránsito peatonal y estimular el tránsito de bicicletas mediante la creación de redes de carriles específicos». Y cita el ejemplo de Nueva York, que «ha intervenido con estos modos en la icónica Times Square.

Plaza del Mercat, la primera en ser peatonal. | LEVANTE-EMV

Se trata, pues, de un tipo de urbanismo generalizado con una «triple ventaja», dice el CVC, que lo ha colocado en una posición dominante: su inmediatez, bajo coste y participación ciudadana en su definición.

Existen, sin embargo, otras opiniones que cuestionan esa forma de transformar las ciudades y en esa dirección el Consell Valencià de Cultura apela a las teorías publicadas por el profesor Giménez Baldrés. Giménez plantea la disyuntiva urbanismo táctico-proyecto urbanístico en estos términos: «Si el proyecto urbano pretendía ganar en eficacia en una acción concreta y a la vez confiaba en un efecto transcendente en la estructura urbana, el urbanismo táctico lleva al extremo la limitación material de la transformación del espacio urbano, pero al mismo tiempo ambiciona la máxima proyección educativa, de cambios en la forma de usar la ciudad, de renuncia a los excesos de motorización privada y de apostolado de lo colectivo, de lo compartido, frente a una lógica opuesta de mercantilización del espacio en la ciudad capitalista».

Y refuerza la idea del proyecto urbano asegurando que «la práctica del planeamiento y ordenación del territorio se hacen corresponder con los valores urbanísticos como el equilibrio, la belleza, la eficiencia y la eficacia».

Vistas las dos posiciones, el CVC entiende que con el urbanismo táctico hemos «aceptado la incapacidad de resolver adecuadamente la construcción y la imagen de la ciudad con una cierta solvencia fundada en el conocimiento de la cultura urbana elaborada a lo largo de los dos siglos precedentes, incapacidad que comporta renuncia a los objetivos clásicos de la cultura arquitectónica: solidez, duración y belleza».

Siguiendo con su disyuntiva, el profesor Giménez entiende también que «el proyecto urbano mantenía la idea y las condiciones de producción de espacios con la mejor factura técnica y artística, capaces de interiorizar los valores urbanísticos y ser expresión cualificada de una idea de ciudad culta, mientras que el urbanismo táctico rebaja esas pretensiones para hacer posible una participación ciudadana que simule el acto creativo mediante un conjunto de decisiones colectivas, lo cual es siempre de incierto y pobre resultado».

La Plaza de San Agustín, recientemente intervenida. | LEVANTE-EMV

A este respecto, el Consell Valencià de Cultura vuelve a ponerse del lado del urbanismo tradicional destacando lo que considera un aspecto muy significativo, que es «la mutación entre la autoría y la participación». «La autoría -explica en su informe sobre la Plaza del Ayuntamiento, pero a título global- requería y sigue requiriendo una formación específica en varios campos reunidos en la urbanística, en la arquitectura, mientras que la participación no es garantía de calidad, significación o belleza».

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