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El PSPV pide a Ribó que reconsidere su apuesta por los huertos urbanos

«Es un error diseñar la ciudad de forma contraria a los gustos de la gente», asegura Sandra Gómez

Huertos urbanos de Benimaclet. | F. BUSTAMANTE

Los vecinos de València parecen tener claras cuales son sus preferencias cuando se habla de jardines o de huertos urbanos. El barómetro municipal pone a las zonas verdes en el primer lugar de sus necesidades dotacionales porque así lo demandan el 30% de los encuestados. Los huertos urbanos, apuesta decidida de Compromís en esta legislatura, apenas concitan, sin embargo, el interés del 1,7% de los ciudadanos.

Y como no podía ser de otra manera, este dato no ha pasado desapercibido a los socios del equipo de Gobierno, que andan enfrentados por este asunto en el PAI de Benimaclet y en la ciudad en general. Mientras la vicealcaldesa y concejala de Urbanismo, la socialista Sandra Gómez, es partidaria de hacer zonas verdes en Benimaclet con un millar de viviendas, el alcalde, Jean rió, de Compromís, rebaja la edificación a 720 pisos de casas de pueblo con huertos urbanos, una modalidad que, además, quiere imponer como dotación obligada en todos los PAIs de la ciudad.

Tras conocer los datos del barómetro municipal, Sandra Gómez y el vicealcalde Sergi Campillo se pronunciaron ayer sobre el asunto en la rueda de prensa conjunta a preguntas de los periodistas. Gómez reivindicó la necesidad que tienen los partidos del ámbito municipal de «abrir» los ojos ante las conclusiones del último barómetro de la ciudad y pidió a su socio de Gobierno flexibilidad respecto al asunto de los huertos urbanos, advirtiendo sobre las «imposiciones elitistas».

Por su parte, Campillo recordó que fue este Gobierno el que puso en marcha el referido barómetro, que la opinión pública «aprueba las políticas de este Gobierno, por mucho que la oposición brame», y que se ha «magnificado» el asunto de los huertos urbanos.

«Es evidente que la voluntad y la petición de tener estos huertos no es de las masas vecinales, nadie ha dicho nunca que haya un porcentaje elevado ni que los quieran la mitad de los vecinos, sino que muchas ciudades europeas los tienen y que queremos impulsar la huerta urbana porque hay vecinos que quieren cultivar la tierra. De hecho, en los huertos de Rambleta o Malilla hay listas de espera, y se pusieron en marcha a propuesta de la participación ciudadana», dijo.

En principio, el debate quedó ahí pero posteriormente Gómez explicó que cuando hay discrepancias le gusta salirse del marco de la rueda de prensa y aseguró que en este caso «no es ningún secreto que las hay». A su juicio, «estas encuestas nos tienen que hacer ver que hemos de escuchar a la gente, porque en ocasiones tendemos a pensar que la ciudad es como nosotros la vemos, con nuestros mismos gustos, pero en realidad es muy diversa».

«Es un error que cometemos los políticos el pretender diseñar una ciudad de forma contraria a los gustos de la gente. En el caso de los huertos urbanos, no es una cuestión de confrontar proyectos, nosotros defendemos que todo puede convivir».

Sin embargo, subrayó que «en Benimaclet se quiere imponer una mirada de gran proyecto de huertos urbanos y nosotros creemos que ha de haber también otros espacios como parques, jardines o instalaciones deportivas».

Benimaclet, como el Cabanyal

«La ciudad ha aprendido mucho de cuando un partido quiere imponer una mirada elitista por encima de todos. Ya pasó en el Cabanyal, ojo que no vuelva a ocurrir en Benimaclet. Quería hacer esta reflexión y pedir a determinados partidos que modulen ciertas posturas, que sean moldeables, porque todos tenemos que vivir en una ciudad que no puede tener la visión de un solo partido», agregó.

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