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Tres equipos de arqueólogos vigilarán las obras del Mercat

Restos de dos conventos, la necrópolis romana de la Boatella, una mezquita y una puerta de la muralla islámica pueden aflorar en los trabajos de peatonalización del entorno del Mercado Central

Hallazgo de pavimentos del siglo XVIII y anteriores en las obras del Ciclo del Agua previas a la peatonalización del eje Mercat-Brujas. j.m.lòpez

Las obras de peatonalización de las plazas de Brujas y el Mercat que arrancaron el jueves se desarrollarán sobre el área de protección arqueológica del Centro Histórico por lo que se esperan hallazgos de distintas épocas, entre los que destacarían, la necrópolis romana de la Boatella (siglo II); la puerta de la Alcaicería, una de las siete que tenía la muralla islámica, o la mezquita sobre la que se construyó el templo de los Santos Juanes, una de las diez iglesias de conquista, todas erigidas sobre templos islámicos. Durante las obras que impulsa la Concejalía de Desarrollo Urbano, con Sandra Gómez al frente, también es posible que afloren los restos de los conventos de la Merced y de Santa María Magdalena (derribados ambos con la desamortización de 1835). Sobre el solar de este último se construyó el Mercado Central (1928).

El estudio arqueológico que acompaña el proyecto de ejecución de las obras, adjudicadas a Pavasal y dirigidas por las arquitectas Blanca Peñín y Elisabet Quintana, prevé la intervención simultánea de tres equipos, formados por tres arqueólogos, un topógrafo y 12 operarios de excavación y limpieza. Los arqueólogos irán por delante de las obras actuando en cinco áreas durante dos meses. Una de estas cinco zonas de intervención arqueológica estará frente a las «covetes» de Sant Joan, donde está previsto rebajar la cota del suelo a través de una escalinata para recuperar estos antiguos locales comerciales, que se reconvertirán en mercado de artesanía. En esta zona, apunta el estudio arqueológico previo, la prioridad será asignar y relacionar cada «coveta» con los diferentes suelos superpuestos en la plaza del Mercat. El objeto es poder recuperar el frente original de estos bajos comerciales adosados a la fachada barroca de los Santos Juanes.

Otra zona de supervisión para los arqueólogos serán las zanjas de los alcorques del arbolado previsto en el proyecto de Quintana-Peñín. Se abrirán zanjas en la calle María Cristina, Boatella y la plaza de la Comunión, «donde se tendrá especial atención a la aparición de estructuras de inhumación o restos esqueléticos relacionados con el cementerio o ‘fosar’ parroquial de la iglesia de los Santos Juanes». Los arqueólogos también actuarán en los tres fosos que se excavarán en las calles María Cristina, Boatella y la plaza del Mercat para la instalación de las islas de contenedores.

Además, habrá seguimiento arqueológico durante la ejecución de los nuevos viales, con una cota de intervención más somera, y donde se dará «prioridad» a la aparición de restos del convento de la Merced, en la plaza del mismo nombre, y de la puerta de la Alcaicería, en la calle Ercilla. También se podría localizar en la acera de la fachada principal de la Lonja, Patrimonio de la Humanidad, los vanos del semisótano del Consolat del Mar o las posibles marcas de cantería de los sillares que salgan a la luz.

El ámbito donde menos hallazgos arqueológicos se espera encontrar es el centro de la plaza Ciudad de Brujas, donde está el aparcamiento subterráneo del Mercat, inaugurado en 2018. El subsuelo de este ámbito «está muy afectado» por las obras del citado parking y del metro, si bien «es la primera vez que se realizará una actuación en extensión de esta magnitud y puede haber sorpresas», apunta la memoria arqueológica.

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