Más de dos años después de la aprobación por el pleno del Ayuntamiento de València de la creación de un Observatorio del Ocio para abordar asuntos como el botellón o las terrazas de la hostelería, el gobierno del Rialto presentó ayer, cuando ya se vislumbra el fin de la pandemia y las restricciones, el borrador del reglamento que regulará el citado órgano ante el Consejo Municipal de Turismo. Un reglamento donde la figura del alcalde de noche anunciada en su día por Joan Ribó no aparece como tal. Ni siquiera habrá un coordinador, como se apuntó en su momento. En su lugar habrá un comité permanente formado por nueve miembros, un tercio de los cuales los propondrá el ayuntamiento, un tercio las entidades vecinales y otro tercio los empresarios.
Los miembros del observatorio, que deberá reunirse al menos una vez al año, no tendrán retribuciones. El observatorio, que podrá encargar estudios sobre el ocio y ser asesorado por expertos, estará presidido por el alcalde, Joan Ribó. El borrador fue objeto de críticas tanto de los vecinos, que lo ven insuficiente, como de los consumidores, que reclaman más protagonismo en la toma de decisiones y que el observatorio sea del ocio y se desvincule del turismo, porque son cuestiones muy distintas, apunta el secretario de la UCE-CV, Vicente Inglada.
