En los alrededores de los Bloques Portuarios, en el barrio del Cabanyal, en la no Noche de San Juan, se concentraban entre 200 y 300 personas, en varios grupos, procedentes de toda València e incluso de Madrid, tal como relataba un vecino a este periódico. Multitud de jóvenes madrileños se trasladaron a la capital valenciana «para disfrutar la noche de San Juan, cayese quien cayese», explicaba esta fuente. La juerga comenzó a las 5 de la tarde con la instalación de las mesas para el botellón, pues en la Plaza Hombres del Mar, «se hace sentados y con mesas plegables, dada la impunidad imperante y habitual». Al mismo tiempo colocaban también los equipos de música propios de una discoteca profesional, «que comenzaron sus emisiones acústicas al anochecer». La fiesta ilegal, que incluyó abundante consumo de alcohol y drogas, terminó hacia las 6 de la madrugada, relatan los vecinos, tras varias incursiones de la policía local. Hasta cinco coches policiales llegaron a pasar en procesión, siendo recibidos con un inmediato descenso del volumen de la música y carreras para esconderse, narraba esta fuente.