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València inicia las mediciones de ruido para la ZAS de Russafa

Confiaban en que las medidas adoptadas en el barrio fueran suficientes

Terrazas en el barrio de Russafa, donde los locales de ocio se han disparado estos años. | F. CALABUIG

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de València ha aprobado una moción de la Concejalía de Calidad Acústica y del Aire para comenzar un estudio sonométrico en el barrio de Russafa en cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que insta al consistorio a comenzar este análisis para, en caso de constatarse un exceso de ruido, comenzar los trámites para declarar al barrio Zona Acústicamente Saturada (ZAS), lo mismo que ya ocurre en otros puntos de la ciudad como El Carmen, Ciutat Vella o Xúquer.

El vicealcalde Sergi Campillo ha asegurado que «el Ayuntamiento lleva años adoptando medidas de contención, especialmente en las actividades nocturnas de Russafa, y una de las primeras medidas fue limitar la concesión de licencias en el barrio, así como intensificar las medidas de control policial, especialmente en lo que respecta al uso de mesas y sillas».

El edil ha afirmado que ya en su día, y como consecuencia de un proceso participativo, se instalaron en el barrio 15 sensores y 7 pantallas informativas con el fin de obtener datos de niveles sonoros y poder informar al vecindario y visitantes». Y concluyó asegurando que «el Ayuntamiento continúa velando por el descanso de los vecinos y vecinas de Russafa y comenzará las actuaciones necesarias para realizar un estudio sonométrico en toda la zona».

En realidad, el Ayuntamiento siempre ha sido contrario a la declaración de nuevas ZAS en València y en concreto en Russafa. De hecho, ha tenido que ser una sentencia judicial, como en el resto de Zonas Acústicamente Saturadas de València, la que ha obligado a realizar las mediciones sonoras para adoptar esta medida.

En el año 2017, el consistorio desestimó la primera petición de la asociación de vecinos Russafa Descansa. En concreto, desestimó el inicio de estudios sonométricos previos a la ZAS alegando que ya se estaban haciendo en la zona actuaciones correctoras coordinadas por diversos servicios municipales y diferentes colectivos implicados en el problema. Entonces, la asociación vecinal recurrió a los tribunales y fue el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 6 el que volvió a darles la espalda, imponiendo, incluso las costas procesales.

Pero la entidad Russafa Descansa no cejó en su empeño y acudió al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ), que sí les dio la razón. El tribunal declaraba nula «por contraria a derecho» la resolución del Ayuntamiento de València y ordenaba poner en marcha controles de contaminación acústica «con el fin de comprobar si se dan los requisitos para iniciar el expediente de declaración de ZAS».

Recurso al Supremo

A partir de ahí, la que se movilizó fue la Federación de Hostelería de València, que presentó un recurso ante la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Pero el alto tribunal rechazó el recurso por entender que este caso correspondía al derecho autonómico, lo que significa, a todos los efectos, que había que hacer cumplir la sentencia del TSJ.

Y eso es lo que se vio y se validó ayer en la Junta de Gobierno Local. Tal como indicó ese tribunal, se ha aprobado la puesta en marcha de mediciones acústicas para determinar si se dan las circunstancias para declarar a Russafa zona ZAS.

De estas mediciones dependerá no solamente que haya o no haya zona ZAS, sino la extensión de la misma y las restricciones recomendadas, que en otras zonas de la ciudad han sido muy duras.

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