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La pirotecnia se disparará otra vez por barrios en el 9 d’Octubre

Se hará la bajada de la Senyera y en la Procesión Cívica se desfilará con mascarilla

Procesión Cívica de 2018, con un formato aún muy lejano del que regirá en 2021. | FERNANDO BUSTAMANTE

La festividad del 9 d’Octubre acogerá una serie de demostraciones pirotécnicas que seguirán el modelo implantado en las pasadas Fallas y que ya tuvo lugar precisamente en la fiesta de la Comunitat Valenciana de hace un año: disparos descentralizados, en diferentes plazas de la ciudad, evitando un disparo grande en la plaza del Ayuntamiento.

La situación sanitaria sigue mejorando, pero la prudencia llama a evitar las grandes concentraciones humanas estáticas, que se darían cita sin duda al abrigo de una gran «mascletà» en el centro de la plaza al regresar la Senyera a la casa consistorial.

La fórmula descentralizada se implantó hace ahora tres semanas, durante las Fallas de Septiembre: se evitó un reclamo para multitudes y varias «mascletaes» y castillos se repartieron por grandes espacios de la ciudad, como Campanar, el Grau, Orriols, la Universitat Politècnica, etcétera, con muy buen resultado. Ya previamente, en el 9 d’Octubre del año pasado, fueron los pueblos de València los que acogieron una serie de disparos, tanto nocturnos como diurnos.

En aquella ocasión, con esos disparos se liquidó el compromiso contractual con los pirotécnicos que no habían podido disparar en Fallas. En el presente año, ese lastre no existe porque se ha completado un calendario pirotécnico diseminado durante los cinco días de fiestas. De cara a la fiesta del próximo mes está pendiente la señalización de en qué barrios y a qué hora tendrán lugar.

La «mascletà» en la plaza del Ayuntamiento es uno de los aspectos a definir en el futuro en el calendario fallero. Cierto es que ni el alcalde Joan Ribó ni el concejal Carlos Galiana han hablado de hacer desaparecer los fuegos artificiales del centro neurálgico de la ciudad, pero sí de sustituirlos en alguna de las jornadas o complementarla, para dispersar la asistencia y evitar una concentración humana que, incluso sin pandemia, lleva tiempo considerándose peligrosa, como lo eran en su día los castillos, trasladados en 1987 al Jardín del Turia.

Esta pirotecnia completará un calendario de festejos de la fiesta de la Comunitat Valenciana que recupera los elementos fundamentales, aunque adaptados a la situación sanitaria, en la que persiste la pandemia pero en estado de regresión.

Así, se ha garantizado la celebración del rito con la Senyera: su exhibición en el Salón de Cristal los días previos; su bajada desde el balcón municipal y su recorrido en Procesión Cívica por el trayecto habitual, subiendo la calle San Vicente y bajando la calle de la Paz que, para entonces, estará libre de las obras de mejora de la conducción de aguas potables, según ha anunciado la concejalía del Ciclo Integral del Agua.

Todos con mascarilla

Eso sí, la procesión está sometida a las restricciones para eventos festivos y, salvo que cambiara sustancialmente en la revisión de la próxima semana, se cuenta con que los participantes en la misma lo harán con mascarilla, guardando distancias de seguridad. Más difícil se hará, por no decir imposible, que el público asistente guarde esas distancias. De hecho, eso ya ocurrió, por ejemplo, en las vallas de la Ofrenda de Fallas, en las que el publico se agolpaba. Así mismo, por muy controlado que esté el aforo, los alrededores de la Glorieta serán imposibles de controlar en el momento de la Ofrenda en la estatua de Jaume I. La comitiva regresará por el itinerario habitual, por Pintor Sorolla.

La jornada se completará con la Entrada Mora y Cristiana, por el recorrido de regreso de la Senyera (Alfonso el Magnánimo, Pintor Sorolla, Barcas), en la que los participantes lo harán con mascarilla y, si no cambian las restricciones, no en «filaes» de tipo clásico, sino en formato «batallón».

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