La portavoz del PP en el Ayuntamiento de València, María José Català, reclamó ayer al alcalde, Joan Ribó, de Compromís que desista de su intención de demoler el hotel Sidi, ubicado en el corazón del Parque Natural de la Devesa y cerrado desde 2011. "Nadie lo está pidiendo”, destacó la portavoz popular minutos antes del pleno ordinario celebrado en el ayuntamiento en el que, finalmente, no se entró a debatir la moción impulsada por el PP sobre el futuro del hotel.

La moción de urgencia presentada por los populares para reclamar que el hotel, en manos ahora de CaixaBank y BBVA y dentro de la zona de dominio público marítimo terrestre, no sea derribado se ha quedado fuera del debate plenario al no aprobarse previamente la urgencia por parte de los grupos de Compromís y PSPV, que gobiernan en coalición.

Los socios de gobierno evitaron así confrontar sobre el hotel cuyo derribo defiende el alcalde frente a la vicealcaldesa y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, que aboga por reaprovecharlo como residencia para mayores, en línea con lo manifestado por los vecinos del Saler y la Devesa.

"Demoler supondrá 32.000 toneladas de escombros y basura, que es lo mismo que 800 camiones de escombros, o que una fila de camiones desde el despacho del alcalde hasta el propio hotel", apuntó Catalá, en sus declaraciones antes del pleno.

Para el PP, "es más beneficioso un proyecto que dé valor en un enclave privilegiado como piden los vecinos", que han iniciado una campaña de recogida de firmas para reconvertir el hotel en residencia de mayores. Catalá aludió al coste que según los dueños del hotel, que promueven la reforma de las instalaciones para mejorar su integración en el paisaje y poder reabrir, tendrá el derribo del edificio, que ascendería a cuatro millones de euros. La remodelación del hotel costaría, tal como informó este diario, seis millones de euros.

"Es una demolición caprichosa que nadie pide"

Mª José Catalá

"Es una demolición caprichosa e intolerable que no pide nadie", subrayó Català.

El PP instaba al ayuntamiento a expresar su oposición a la demolición de las edificaciones e instalaciones del Sidi, que inste al Ministerio de Transición Ecológica a pronunciarse, de manera clara y urgente, sobre el estado y vigencia de la concesión demanial y que el Ayuntamiento de Valencia abra un proceso de estudio y escucha, en el que respetando los derechos de los afectados y considerando los efectos positivos, como el empleo, que podría generar el proyecto de rehabilitación sostenible y bioclimático presentado por sus titulares

El hotel Sidi se construyó a finales de los años 70 sobre las dunas de la playa del Saler. Tras la declaración del paraje como Parque Natural el hotel quedó fuera de ordenación y en 2008 pasó a manos del Estado tras quedar dentro de la línea de dominio público marítimo-terrestre. En 2018, los actuales propietarios del Sidi Saler solicitaron al Ministerio la renovación de la concesión del establecimiento hotelero que fue aprobada, pese a los informes en contra del ayuntamiento, por un período de 30 años, prorrogable a otros 30 más. La negativa del gobierno municipal a renovar la licencia de actividad y permitir obras de mejora en el edificio lo ha condenado a la ruina y el abandono. La semana pasada, la Concejalía de Actividades caducó la concesión ambiental del hotel.