Abraham, ciudadano ghanés que murió de cáncer en una fábrica abandonada de València, no es el único caso de persona sintecho que añade a su falta de vivienda una grave enfermedad. Con él dormía cada noche Róber, un compatriota suyo, también de unos 50 años de edad, al que se le practicó una colostomía hace un año y vive pegado a su bolsa. A falta de cuidados médicos e higiene, y afectado por un grave problema de alcoholismo, su situación es muy precaria en todos los sentidos. Malvive de lo que consigue en la calle y ofreciéndose como "gorrilla" en lugares cercanos al habitáculo en el que se refugia cada noche con numerosas personas más.

Esta es la situación que describe el sacerdote Pedro Miret, fundador de la Asociación Apostolado de la Divina Misericordia, cuyos voluntarios visitan a Róber cada semana para cambiarle la bolsa y lo han llevado al médico en cuatro o cinco ocasiones. "Ayer fuimos a la fábrica y vimos una cartera tirada en el suelo. La cogimos y era suya, pero estaba borracho y cuando fuimos a decirle que había perdido la documentación empezó a gritarnos la frase que más repite últimamente: yo me quiero morir", relata Miret.

La frase que repite Róber todo el tiempo es "me quiero morir", asegura el sacerdote Pedro Miret

Según explica este sacerdote, párroco de San Francisco de Borja, su situación es muy delicada y más aún tras enterarse de que su compañero Abraham había fallecido. De hecho, tardaron en decírselo porque sabían lo que iba a pasar. Pero la solución no parece fácil, porque Róber ya estuvo en un albergue y se escapó de allí. Hoy mismo tienen una reunión con los servicios sociales de la zona (dato que no quieren dar para que nadie descubra su refugio y "encima los echen de allí") para tratar de buscar una solución a este enfermo y al resto de personas que viven en la vieja fábrica. Y de ahí verán que pueden sacar.

Por su parte, los Servicios Sociales municipales han explicado que hay recursos para todas las personas sintecho y para estos enfermos también. Los albergues están listos e incluso hay organizaciones concertadas como el albergue San Joan de Déu y el Centre de El Carme que tienen programas específicos para casos de alcoholismo, explican. Pero de este caso aseguran no poder decir nada porque no conocen la identidad. De poder contactar con esta persona o sus acompañantes se le podría tramitar la renta valenciana de inclusión, ayudas de emergencia para alimentación y muchas otras posibilidades en las que podría encajar Rober, aseguran.