Después de 15 meses de obras la plaza de la Reina abre al público. Este jueves ha sido inaugurada, como se esperaba para finales de esta semana. El concejal de movilidad Giuseppe Grezzi ha supervisado los trabajos de apertura para comprobar que todo estaba en orden. Las vallas ya han sido retiradas y la policía ha abierto el paso al transporte público, taxis y vehículos. Los autobuses ya pueden circular a partir de hoy entre la Calle La Paz y el Ayuntamiento.
Las obras de la plaza de la Reina se dieron ayer por terminadas y como era de esperar, su remodelación no escapa de la polémica.
Como ya adelantó Levante-EMV ayer, la entrada al aparcamiento hipoteca una amplia franja de la plaza entre la calle de la Paz y la calle del Mar. Se trata de una franja de unos 50 metros de largo con una anchura de casi un tercio del total de la plaza, un espacio similar al que ocupaban los accesos al parking que había antes de la remodelación, aunque en este caso pegados a un lateral y no en el centro, lo cual disminuye el impacto.
Y al otro lado, a la izquierda, ocurre lo contrario, se ha dejado un pasillo entre las terrazas y la plaza de unos seis metros de ancho que estrangularía muchas de las actividades que se organizan en la plaza o que discurren por la misma.
La Ofrenda fallera, mercadillos, el Corpus, San Vicente Ferrer y San Vicente Mártir son algunos de los eventos que más debate generan por su accesibilidad. En concreto, la ofrenda de las Fallas. Por la plaza de la Reina deben pasar tanto las comisiones que entran desde la calle San Vicente como las que llegan por la calle La Paz. Para las primeras está el citado pasillo hasta la calle Micalet y la plaza de la Virgen, más estrecho de lo habitual, pero asumible para un desfile de cinco falleros o falleras por fila. La mayor complicación estará en la entrada por La Paz, pues habrá que mover mobiliario urbano para hacer un pasillo por la plaza que permita llegar hasta la calle Barchilla para entrar por detrás de la basílica y la catedral.
