El gobierno municipal del Ayuntamiento de València -formado por Compromís y PSPV- no tiene decidido qué hacer con la estatua de Francesc de Vinatea cuando se proceda a reformar el ágora principal de la ciudad pero de momento no va a ceder la efigie a Morella, que la ha solicitado formalmente ya que el mito para un sector del valencianismo político nació en la capital de Els Ports.

El departamento de urbanismo, que lidera la vicealcaldesa socialista Sandra Gómez, no tiene en su agenda prioritaria buscar un nuevo emplazamiento para esta estatua pero de momento descarta cederla a un tercero y quitarla de la plaza a corto plazo. Tampoco el alcalde Joan Ribó tiene sobre la mesa qué hacer ahora con la estatua, según confirman fuentes de alcaldía. Eso sí, a medio plazo, está claro que se quitara de la plaza del Ayuntamiento y se llevará a otro sitio, tal como ya anunció Levante-EMV.

La réplica de la figura histórica, que vivió y murió a caballo de los siglos XIII y XIV, está ubicada en la plaza principal de la capital valenciana y hoy no hay ninguna urgencia en trasladarla ni buscarle un nuevo emplazamiento, confirman fuentes de Urbanismo.

En el mejor escenario, las obras para remodelar la plaza del Ayuntamiento serán licitadas el año próximo y no empezarán hasta 2024. Por tanto hay tiempo para decidir y consensuar qué se debe hacer con Vinatea de aquí a allá.

En el mejor escenario, las obras para remodelar la plaza del Ayuntamiento serán licitadas el año próximo y no empezarán hasta 2024. Por tanto hay tiempo para decidir y consensuar qué se debe hacer con Vinatea de aquí a allá.

Con todo, el debate está sobre la mesa. Una de las opciones que se baraja para el justicia de la València del XIV es que se instale su efigie en la plaza que lleva su nombre. Otra posibilidad sería que sustituyera al conquistador Francisco Pizarro en la plaza de Manises. Esta última escultura, tal como revela el cronista oficial de València Vicent Baydal, representa un Monumento a la Raza Española, erigido en 1969 por las autoridades franquistas. Por tanto, contraviene la Ley de Memoria Histórica y debería ser retirado ya.

En esa línea, podría aprovecharse la remodelación de la plaza del Ayuntamiento para quitar una escultura y trasladarla (Vinatea) y para retirar de las calles a Pizarro, denostado por ser el genocida del pueblo inca y un mito del Franquismo.

En esa línea, podría aprovecharse la remodelación de la plaza del Ayuntamiento para quitar una escultura y trasladarla (Vinatea) y para retirar de las calles a Pizarro, denostado por ser el genocida del pueblo inca y un mito del Franquismo.

Por su parte, Francesc de Vinatea cotiza a la baja en la actualidad como personaje merecedor de una estatua en la plaza más transitada y popular de València. Tal como ha descrito el cronista de la ciudad, en 1313, décadas antes de liderar la defensa de los fueros valencianos frente a la todopoderosa reina de Aragón, el prohombre morellano asesinó a su esposa embarazada y a su amante, tras sorprenderlos juntos en la cama.

Casi 20 años después, en 1331, un sexagenario Vinatea lideró a los jurados y consejeros de València frente al rey Alfonso El Benigno, e incluso formó un grupo de hombres armados, prestos para la rebelión contra el poder real. Finalmente, el monarca dio marcha atrás y su intrigante esposa cayó en desgracia.

Desde entonces, Vinatea se convirtió en un referente de la patria valenciana por su defensa acérrima del fuero de los valencianos.