El Ayuntamiento de València, en concreto, el departamento de Disciplina Urbanística de la concejalía de Desarrollo Urbano, va a proceder a evaluar el estado de la antigua fábrica de Benimaclet y si se determina que la estructura presenta graves deficiencias, procederá a ordenar a la propiedad del inmueble el derribo del citado edificio.
Tal como han informado fuentes del departamento de Urbanismo, los técnicos de Disciplina Urbanística van a inspeccionar la vieja fábrica y si se detectan estas deficiencias graves en su estructura se exigirá a la empresa propietaria que proceda a su demolición.
En esta construcción ruinosa y abandonada desde hace años, malviven una treintena de migrantes, la mayor parte de ellos, de Ghana, que se exponen a posibles accidentes. No solo por derrumbes sino también porque subsisten rodeados de escombros y elementos constructivos -como techos o muros- en franco deterioro.
Tal como adelantó Levante-EMV, el viernes, en los próximos días, la concejalía de Servicios Sociales y la Policía Local van a activar un plan humanitario para desalojar a los actuales moradores ante el peligro de riesgo inminente que presentan estas viejas naves industriales. También por las condiciones insalubres en las que malviven ya que carecen de electricidad que les permita calentarse; o de agua potable, más allá de una fuente cercana y de las garrafas que compran.
Este plan para vaciar la antigua fábrica se va a concretar en los próximos días y se quiere tener reubicados a los sintechos en un albergue municipal antes del 1 de diciembre. Una vez vaciadas las instalaciones se procederá a tapiar el recinto para evitar que otras personas vulnerables puedan refugiarse en el edificio y entonces también se expongan al riesgo de derrumbes.
En cuanto a derribos de instalaciones fabriles abandonadas por razones similares a las que concurren en Benimaclet, se puede citar el caso de la fábrica abandonada de Cervezas Turia, que tras muchos años de quejas vecinales fue derribada en junio de 2020. Este viejo equipamiento industrial, enclavado en el barrio de la Creu Coberta, se había convertido en un enclave de degradación urbana donde se refugiaban los sinhogares.
«¿Por qué nos tiran?»
Mientras, los migrantes que viven en La Garrofera van poco a poco asimilando que tienen que trasladarse a un albergue municipal. Este diario visitó este viernes este lugar y una de las preguntas que se hacían los afectados es la siguiente: «¿Por qué nos tiran?». Nadie les ha comunicado la noticia de manera oficial aún.
Bien es cierto, que el problema más grave que tienen la mayor parte de esta treintena de emigrantes es que carecen de un permiso de residencia. Esto les impide acceder a un trabajo adecuado y legalizado, y por tanto, al no tener unos ingresos razonables tampoco pueden pagar un hogar digno. Por eso, temen ser realojados en otro lugar.
