La dirección de la obra aconseja cerrar el Gulliver un día al mes para hacer mantenimiento

La especialista achaca los nuevos desperfectos al uso intensivo y a la falta de conservación durante años

Imagen de archivo de la reapertura del parque, a primeros de octubre. | EDUARDO RIPOLL

Imagen de archivo de la reapertura del parque, a primeros de octubre. | EDUARDO RIPOLL / josé miguel vigara. valència

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El informe realizado por la dirección de la obra aconseja cerrar el parque Gulliver un día al mes para efectuar labores de mantenimiento y limpieza en la figura central y los toboganes. Ante la posible aparición de grietas y suciedad, «la solución es llevar un mantenimiento de la figura exhaustivo proponiendo el cierre de 1 día al mes para su limpieza y la reparación de fisuras y desconchones de inevitable aparición», concluye la técnica de la empresa que ha dirigido la rehabilitación integral.

5 desperfectos sin inventariar

Esta es la principal conclusión del dictamen técnico al que ha tenido acceso Levante-EMV. En cuando a los desperfectos que han surgido ahora, tras un mes de la reapertura del parque, la directora de obra explica que existe «un porcentaje mínimo de grietas ya tratadas que han vuelto a salir, 5 afecciones, de las 392 inventariadas».

Estas nuevas patologías se sitúan concretamente, en el codo del brazo izquierdo, en el tobogán del pelo de la cabeza, en el tobogán derecho del torso, en el tobogán de los faldones y en el ala del sombrero. Para todas ellas, «la solución llevada a cabo no ha sido suficiente por lo que la empresa contratista se va a hacer cargo de su reparación».

Por otro lado, han surgido -después de la rehabilitación integral valorada en cerca de 1 millónde euros- nuevas fisuras que van apareciendo no inventariadas debido al material de la figura -fibra de vidrio-, y a la edad y el uso intensivo que tiene el Parque Gulliver.

La especialista explica que el Gulliver es una figura de resina de poliéster de poco espesor con más de 25 años que ha estado sin uso durante varios años por la pandemia, «lo que ha hecho que se deteriore y se rigidicen las fibras que una vez han vuelto a entrar en carga, con un uso intensivo, se han podido agrietar».

Esto ha sucedido ahora, ha ocurrido con anterioridad a la intervención actual y «seguirá sucediendo debido a la naturaleza y singularidad de la figura», apunta. Al gigante más querido por los niños valencianos, a lo largo de su vida, «le han sido efectuadas reparaciones puntuales como se muestran en los diferentes tipos de parcheados que contenía, pero nunca se le había hecho una actuación integral de este alcance», sostiene esta fuente. Gracias a la rehabilitación integral realizada, ahora se sabe «cómo se han de efectuar dichas reparaciones, los materiales que se han de emplear, el modo de aplicación e incluso la carta de RAL de los colores de acabado que conseguirá que dichas reparaciones no sean discordantes».

Todo ello queda descrito en el Manual de Uso y Conservación del Parque Gulliver, que se ha elaborado a raiz de la intervención reciente, «que será clave para hacer frente a los desperfectos que se puedan ir produciendo y que no sean achacables a la obra».

«El PP quiere ridiculizar la obra»

En resumen, a partir del informe realizado por la dirección facultativa, tras la visita al parque días atrás, el vicealcalde Sergi Campillo afirma que ha quedado claro «que la obra de rehabilitación ha sido ejecutada correctamente» y que los nuevos desperfectos surgidos se deben «a la usabilidad de la propia figura, al material con que está hecha, así como a la falta de mantenimiento durante décadas ya que el PP nunca acometió la reforma integral que este gobierno municipal sí ha hecho».

El concejal responsable subraya que el ayuntamiento está estudiando si efectivamente cierra un día al mes el Gulliver para efectuar su mantenimiento. Ahora bien, ha acusado al PP de «querer ridiculizar esta obra» cuando solo «realizó parches» durante años. También ha recordado que ese millón de euros se ha invertido en mejorar y reformar todas las intalaciones, incluyendo el edificio de entrada o la accesibilidad del recinto. Campillo ha resaltado que las nuevas patologías aparecidas no estaban documentadas por tanto no obedecen «a que se haya hecho la obra mal» sino al propio desgaste de los toboganes. De hecho, concluyó, «habrá que seguir haciendo nuevas reparaciones», aventuró.