Primer paso para revertir la reforma de la calle Colón: todos los cambios

El nuevo equipo municipal anuncia la reversión de una parte de las reformas hechas por el gobierno de Ribó en 2020

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

El nuevo equipo de gobierno municipal va adelante con la idea, tantas veces defendida en la campaña electoral, de reformar la calle Colón, una de las actuaciones de movilidad más importantes de la pasada legislatura y que tanta diversidad de opiniones ha generado. El grupo municipal Popular lo tiene claro: se van a revertir algunas de las actuaciones que modificaron el mapa de esta vía. 

Esta actuación se aprobó en febrero de 2020 y se materializaron durante la pandemia, aprovechando el tiempo en el que los ciudadanos estaban confinados. Aunque la actuación como tal fue "blanda", a efectos de trabajos, consistente en generar un doble carril para transporte público y desviar el tráfico particular hacia la Porta de la Mar a partir de la calle Conde Salvatierra. 

Previamente, en el año 2017, ya se había procedido a segregar completamente el carril bus, el único que existía en ese momento, impidiendo mediante separadores que los coches particulares pudieran transitar por él (como ya se había hecho en las calles Matías Perelló y Los Centelles y después se ha repetido en San Francisco de Borja). Pero el siguiente paso ya fue dotarle de un segundo carril, en detrimento de un automóvil que ha tenido que conformarse con una única vía. La consecuencia es que, más allá de lo congestionada que ha estado ese vial, muchos usuarios han optado por buscar caminos alternativos y no entrar en la calle que circunvala la parte vieja de la ciudad.

Ahora, el gobierno de María José Catalá proyecta “revertir las condiciones de movilidad de la calle Colón" apelando a "primar la seguridad y la accesibilidad de todas las personas usuarias de esta vía, sin olvidar las necesidades del vecindario y comerciantes de la zona". 

Este ha sido el mensaje que los concejales Jesús Carbonell y Paula Llobet han transmitido a representantes de la Asociación Vecinal Pla de Remei-Gran Vía, con quienes se han reunido para “buscar soluciones que, avaladas con auditorías de seguridad, permitan revertir la planificación viaria acometida en esta céntrica calle de la ciudad durante el primer semestre de 2020”. 

En este encuentro, “la primera de una serie de reuniones con agentes sociales para consensuar el rediseño de esta zona”, los concejales han anunciado que “entre las acciones prioritarias para el equipo de gobierno se encuentran la supresión de uno de los dos carriles bus-taxi y la reordenación del tráfico privado hacia el centro de la ciudad, con acceso libre desde la Puerta del Mar”, el cual es ahora imposible al ser, como queda indicado, un camino de salida.

EL PSPV dice que gana el coche particular y pierde el autobús

La reforma de Colón supone el primer turno de réplica de la concejala socialista para movilidad, María Perez, que acusó al PP de «pretender enmarcar las modificaciones en un consenso y a eliminación de puntos negros, pero en la practica es eliminar un carril bus a favor del vehículo privado. Ahora habrá un aumento de tráfico de autobuses, con un perjuicio para los trabajadores que viajan en transporte público. El vehículo privado podrá circular con fluidez, pero en detrimento de EMT y taxis».

Carril infrautilizado o "trenecito": sin término medio

Dicho de otra forma, el automóvil particular ganará nuevamente terreno en el vial en detrimento del autobús y el taxi. La decisión en cualquiera de los casos, es mala con el transporte público. No hay término medio: si hay dos carriles, es verdad incuestionable que el transporte público gana en rapidez, aunque sea al precio de que ese segundo carril está, por lo general, infrautuilizado. Un único carril, y es una verdad igual de incuestionable, se congestionará al generarse "trenecitos" de autobuses que se estorban entre sí por las paradas.

Reorganización "necesaria"

Como responsables de las Áreas Municipales de Movilidad, y de Economía y Grandes Proyectos, Jesús Carbonell y Paula Llobet, respectivamente, han defendido “la necesidad de reorganizar la movilidad de esta calle, que también es una de las principales arterias comerciales de València", y han asegurado que “esta remodelación estará respaldada por informes técnicos que primarán la seguridad y la accesibilidad de peatones, bicicletas, patinetes y vehículos, y atenderán las necesidades de vecindario, comerciantes y ciudadanía en general".

En el encuentro con sus representantes, Carbonell y Llobet han reparado en los llamados “puntos negros de esta vía, que son un peligro para peatones y personas con movilidad reducida”, y han recordado un estudio realizado al respecto que, por ejemplo, “definía como inadecuado el acceso a la calle Colón a través de la de Grabador Esteve, con probabilidad alta de accidente”. 

Cruces peligrosos

“Asimismo –han considerado- que en la incorporación a la calle Colón desde la calle Sorní, en los cruces a la izquierda de Hernán Cortés o Pizarro, se producen demasiadas situaciones de riesgo, por confluencia de patinetes, bicicletas y peatones, y falta de visibilidad”. De hecho, “el citado documento “también alertaba de la duplicación de pasos de peatones en zona de convergencia y divergencia con calles adyacentes, como Hernán Cortes”, y contemplaba una "señalización inadecuada o inexistente del carril bici" y aseguraba "el riesgo de choque de ciclistas con peatones y vehículos”.

Jesús Carbonell y Paula Llobet también han planteado la "anchura insuficiente de las zonas habilitadas para carga/descarga y aparcamiento de motos", y han incidido en la existencia de "obstáculos en aceras de la calle Colón, con el consecuente riesgo en el caso de las personas con discapacidades". "Hay un riesgo de accidentes de 7-8 puntos sobre 10", han confirmado.