Entrevista | Sandra Gómez Portavoz socialista en el Ayuntamiento de València

«Hemos pasado de ser la ciudad que trajo los Goya a ser la ciudad del bou embolat»

Sandra Gómez cree que María José Catalá está «cómoda gobernando con machistas, xenófobos, racistas y gente que blanquea el nazismo»

Sandra Gómez ante la sede del Partido Socialista de València.

Sandra Gómez ante la sede del Partido Socialista de València. / M.A. MONTESINOS

José Parrilla

José Parrilla

Quedamos con Sandra Gómez en la puerta de la sede socialista de la calle Hospital para pulsar la opinión de la portavoz del PSPV en el Ayuntamiento de València seis meses después del cambio de Gobierno. Quiere que la foto sea allí para reivindicar la inviolabilidad democrática de los partidos políticos, extremo que, a su juicio, incumplen los manifestantes que cada día se manifiestan en la puerta de esta sede política para mostrar su rechazo a la amnistía del independentismo catalán. Por lo demás, opina que su salida del gobierno tuvo que ver con «la presión de las fuerzas mediáticas y económicas» de la ciudad, y cree que el nuevo gobierno del PP y Vox es «un retroceso para la ciudad impropio del siglo XXI».

El 28M trajo un cambio de gobierno en la ciudad. La coalición Compromís-PSPV dejaba el gobierno y pasaba a la oposición. ¿Cómo se digiere ese cambio?

Bueno, al final, más allá del partido, de cómo queda cada uno, que eso objetivamente no importa nada a nadie, lo que me apena ver es cómo va evolucionando la ciudad de València en estos seis meses. Hemos pasado de ser una ciudad que estaba en un magnífico momento, que había atraído la capitalidad verde, las empresas tecnológicas más importantes o los Goya, a una ciudad que la única noticia que ha dado es la vuelta del «bou embolat». Me entristece.

¿En cualquier caso, han podido analizar más fríamente qué fue lo que falló para no revalidar el gobierno de coalición?

Bueno, el Partido Popular pudo contar con toda la influencia de los poderes económicos y mediáticos. Hicieron una campaña destructiva, y así lo dijo la señora Catalá, como primer paso para que el PP conquistara la Moncloa. No quisieron hablar de la cuestión territorial. Y se habló poco o nada de la cuestión de València, de ahí el hecho de tener un partido y una alcaldesa que no tiene un modelo ni una visión de la ciudad. Lo hemos visto en este presupuesto, absolutamente vacío. Es la nada, continúa con las inversiones que nosotros hicimos y obviamente recortadas, dejándolas en su mínima expresión y sin haber puesto nada que pueda presentarse como el legado de la señora Catalá.

Pero insisto, ¿no hay nada de autocrítica que hacer?

Seguro que hay cosas que se podían hacer mejor, pero sinceramente no creo que ahí esté el motivo del cambio de gobierno. Creo que hubo una campaña sucia, bruta, muy, muy mediatizada a nivel nacional, y que tuvo momentos como el que yo misma viví, en donde la señora Catalá y su partido, por ejemplo, mintieron con esa capacidad mediática diciendo que si habíamos puesto en la lista a un Latín King que luego era absolutamente falso.

¿Qué valoración hace de estos meses de gobierno de María José Catalá?

Pues que vamos con la marcha atrás. A las puertas de ser capital capital verde europea la propuesta estrella de la señora Catalá es que el coche vuelva a tomar el centro de València abriendo la circulación de la calle Colón, de la calle La Paz, de la calle San Vicente, de la calle Sant Pau, de detrás de la calle de Correos, y además haciendo un llamamiento a venir al centro en vehículo privado. Bueno, y si quieres, un gobierno sectario, un gobierno que en los presupuestos lamina cualquier convenio o colaboración con entidades asociativas, voluntarios, universidades... Y luego, un gobierno vacío de ideas y de visión propia, ya que no han sido capaces de impulsar un solo proyecto propio.

¿Qué efecto cree que puede tener sobre las políticas municipales la adhesión de Vox como socio de gobierno?

A María José Catalá se la ve a gusto con su socio de gobierno, porque estamos viendo cómo toda la atención mediática se la está llevando el señor Badenas, que ha sido noticia nacional, no por los proyectos o por la gestión de la señora Catalá, sino por decir que el nazismo es una ideología como otra cualquiera que hay que respetar. Ayer mismo también fue portada nacional por decir que la violencia machista o el machismo recae exclusivamente en los colectivos inmigrantes o en españoles de etnia gitana, que ya me parece rizar el rizo. Y bueno, no hemos visto que la señora Catalá le haya pegado un toque de atención, ni en público ni en privado. Por lo tanto, la vemos sinceramente cómoda, cogobernando con machistas, xenófobos, racistas e incluso gente que blanquea el nazismo.

Pero Vox también les viene bien para su labor de oposición contra el PP.

Pero a mí me apena, sinceramente me apena. Yo creo que no le compensa a los valencianos y valencianas tener una alcaldesa que no prioriza la convivencia. Uno puede discrepar o puede tener modelos distintos de ciudad, o se puede exigir más o menos en la capacidad de gestión, pero siempre hay unas líneas rojas que hay que respetar con independencia de qué partido seas. Y yo creo que ella a mí me ha decepcionado personalmente porque como alcaldesa no está cuidando la convivencia ni incluso entre los partidos. Yo dije en un pleno que se había amenazado de muerte a mi familia, incluso a mi hijo, y ella fue incapaz de desmarcarse y de condenarlo públicamente.

¿Qué medida del nuevo gobierno es la que más le ha molestado?

No es una cuestión sola, es más la filosofía que el detalle de la cosa, que también. Al final nosotros estábamos proyectando una València moderna, cosmopolita, integradora, inclusiva... y la filosofía que se ha instaurando ahora es desechar todo lo hecho. Yo creo que eso está mal. Al final uno tiene que aprovechar lo bueno. Rita, por ejemplo, fue más inteligente, aprovechó las cosas buenas que había hecho el Partido Socialista. Sinceramente, ahora hay más torpeza política.

¿Tiene alguna preocupación por el Cabanyal, que es su joya de la corona?

La verdad es que lo dejamos todo en marcha. Son obras de rehabilitación y regeneración que a buen seguro no las hubiese hecho el Partido Popular. Todo lo que no estaba firmado está fuera del presupuesto. Yo antes de irme lo firmé todo porque sabía perfectamente que si no, no saldría nada. De hecho, sí que tienen esos feos detalles de que ayer, por ejemplo, estuvo el Partido Popular inaugurando la Casa dels Bous y no invitó a nadie de la oposición, cuando normalmente siempre se invitaba, pero sobre todo cuando es una obra que no es de ellos, que es una obra que objetivamente la desarrollamos nosotros. Ahí se ve ese talante, quizá también un poco inseguro, ¿no? Por cierto, yo creo que la política de la foto es muy limitada y engaña a corto plazo.

Le iba a preguntar qué futuro le ve a la coalición de gobierno, pero ya me ha dicho que los ve muy cómodos.

Los veo cómodos. Desde luego. A ella la veo cómoda, pero creo que lo pagará electoralmente, porque València no es eso. Yo lo veo en la calle. Es raro el día que no me para alguien para lamentar el cambio, para darme fuerzas y ánimos. Ella puede estar cómoda como alcaldesa, pero la ciudad en su conjunto está incómoda con que hoy la ultraderecha protagonice el día a día de la ciudad.

¿Cómo se gestiona una oposición conjunta con Compromís? ¿Hablan de ello? ¿Se coordinan?

Nosotros hemos compartido un proyecto conjunto, de hecho se despedía hace poco Ribó, al que yo solo le quiero dedicar palabras de cariño. Creo que durante ocho años construimos una València de la que yo me siento orgullosa. Así que lo único que le diría a la gente de Compromís es que defiendan siempre el legado, que nunca caigan en la tentación de criticar lo que se hizo. Nada más le gustaría a la derecha que eso.

¿Piensa ya en las elecciones de dentro de cuatro años?

Siempre hay que pensar en las elecciones. En estos cuatro años hay que plantear desde el primer día un proyecto identificable, serio y que sea mayoritario en la ciudad de València.

¿Cómo cree que llegará su partido a las elecciones dentro de cuatro años, porque la política cambia muy rápido?

Eso se nota, se siente. Y aquí estoy siendo muy objetiva, de verdad. No es porque sea la portavoz del Partido Socialista, pero creo que con independencia del transcurso de estos cuatro años, tengo la certeza de que el Partido Socialista va a pegar un salto cualitativo muy importante, porque estamos trabajando duro y eso se está traduciendo en ser la cabeza visible de la alternativa a un gobierno que, como digo, incomoda a la inmensa mayoría.

Entiendo que quiere llegar a las próximas elecciones en ese buen momento y liderando el partido de la ciudad.

Sinceramente, es una cuestión que tienen que decidir los compañeros y compañeras. Yo de momento estoy dando lo mejor de mí, como siempre, asumiendo mi responsabilidad como secretaria general y portavoz. Pero cuando llegue el momento del Congreso, entre todos decidiremos cuál es el mejor futuro.

El partido también está en un momento delicado en cuanto a liderazgo a nivel autonómico. Ximo Puig está en el Senado. Hay una ministra que está haciendo un papel de oposición al Consell. ¿Cómo ve el momento del Partido Socialista?

Creo que hay una intencionalidad en generar ruido y confrontación en el PSPV, como ha practicado siempre el Partido Popular con algunos medios o con algunos cómplices. Pero la realidad es que cuando uno está dentro de esta casa, cuando uno realmente está a pie de agrupación, del pueblo, a pie de militante, se siente reconocido con el liderazgo de Ximo Puig. Pero eso es una cuestión que se debatirá en el próximo Congreso y que dependerá mucho también de lo que quiera hacer nuestro secretario general, porque desde luego, de lo que yo sí estoy absolutamente convencida es de que tiene el cariño y el apoyo mayoritario de la militancia. De eso no tengo ninguna duda.

Personalmente, qué tal se siente dentro del partido?

En el partido bien, como siempre. La verdad es que yo en la agrupación de la ciudad de València me siento apoyada por los compañeros y compañeras. Creo que todo el mundo puede reconocer el trabajo que estamos haciendo en la oposición, que objetivamente no era lo que queríamos, pero que estamos una vez más dando lo mejor de nosotros mismos para plantear una alternativa progresista. La verdad.