Nostradamus: todos los misterios que envuelven al mayor profeta de la historia

Nostradamus está considerado por muchos como el más grande profeta que ha existido jamás, mientras que otros creen que simplemente era un ocultista que escribió un libro de enigmáticos versos (Las Profecías) que, hoy en día, son interpretados de forma que encajen en los hechos actuales y, por lo tanto, se pueda seguir defendiendo sus supuestas dotes adivinatorias.

Sea como sea, lo cierto es que el nombre de Nostradamus ha llegado hasta nuestros días tras achacarle haber anunciado el ascenso de Hitler, el atentado de las Torres Gemelas o la reciente muerte de Isabel II, entre otros acontecimientos históricos. Pero, ¿quién era realmente Nostradamus? ¿Tenía realmente dotes paranormales o no?

Nostradamus: quién era

Nostradamus nació como Michel de Nôtre-Dame un 14 de diciembre de 1503 después de que su familia, de origen judío, se convirtiese al catolicismo y adoptase este apellido en honor a la santa que regía el día de su conversión. El profeta, perteneciente a una familia de comerciantes y médicos con posibles, vio la luz en la localidad francesa de Saint-Rémy-de-Provence, de la que salió años más tarde para estudiar en la Universidad de Aviñón.

Su estancia allí fue breve, ya que al cabo de un año el centro tuvo que cerrar debido a un brote de peste. A partir de entonces, Nostradamus, cuyo nombre procedía de la latinización de su nombre original, empezó a trabajar como boticario y, años después, ingresó en la Universidad de Montpellier para estudiar Medicina. De allí fue expulsado después de que se descubriese que tenía un empleo, ya que el trabajo estaba prohibido a los estudiantes. Durante años recorrió Francia en los brotes de peste para asistir a los enfermos.

Nostradamus se casó y tuvo dos hijos, pero los perdió junto con su esposa debido precisamente a la peste. Más tarde se casó de nuevo con una viuda adinerada con la que tuvo seis hijos. En este período, el supuesto adivino empezó a alejarse de la Medicina para acercarse al ocultismo. En 1550 publicó un almanaque en el que presuntamente anunciaba el futuro y con el que cosechó un gran éxito. En esos momentos ya escribía con la versión latina de su nombre: Nostradamus.

Motivado por su éxito, siguió escribiendo almanaques en los que supuestamente predecía el futuro y, ante la extensión de su fama, acometió una obra mayor: escribir un libro de mil redondillas en las que, a través de versos proféticos, adelantaba el futuro al más puro de sus almanaques anteriores.

Catalina de Médici, esposa de Enrique II de Francia, se declaró ferviente admiradora de Nostradamus, lo que aún disparó más su reconocimiento y éxito. La reina consorte incluso lo invitó a París para poder preguntar directamente a Nostradamus por el futuro de sus hijos.

Cómo escribió Nostradamus sus predicciones

La obra cumbre de Nostradamus, Las Profecías, fue publicada por vez primera en 1555 y ha sido tachada en multitud de ocasiones de extremadamente ambigua, confusa y críptica, lo que le permite estar abierta a multitud de interpretaciones. Y es que palabras tan enigmáticas y amplias de significado como las que utiliza Nostradamus en sus versos facilita poder adecuarlos a posteriori a determinados hechos, razón por la que siempre se le achacan aciertos en sus predicciones. Eso es, al menos, lo que defienden sus detractores.

Pero, ¿por qué escribía Nostradamus de forma tan oscura? ¿Lo hacía a propósito para permitir que sus palabras se ajustasen a cualquier acontecimiento? Pues bien, parece que no, que la razón era mucho más mundana: Nostradamus quería evitarse un posible enfrentamiento con la Inquisición y, por este motivo, utilizaba un lenguaje críptico en el que abundaban los juegos de palabras y los vocablos procedentes de otras lenguas como el griego, el latín o incluso el hebreo. De hecho, aún así, hubo algunos sectores que lo tacharon de hereje tras afirmar que su obra la inspiraba el demonio.

Las inquietantes profecías de Nostradamus para el año 2023

Sin embargo, otros ámbitos sociales, sobre todo la aristocracia, apoyaron sus profecías y le concedieron incluso una especie de aura espiritual. El respaldo de Catalina de Médici hizo el resto y permitió que Las Profecías se convirtiesen en un libro de primer orden que ha trascendido incluso hasta nuestros días.

Nostradamus falleció en Salon de Provence el 2 de julio de 1566. Sufría de insuficiencia cardíaca, artritis y gota que, finalmente, le ocasionó un edema cardiopulmonar que acabó provocándole la muerte.