Se acerca el verano y muchos ya han empezado la conocida 'operación bikini'. Seguir una dieta muchas veces no resulta nada fácil, sobre todo porque los milagros no existen. Llevar una dieta sana huyendo de la comida precocinada, azúcares y alimentos refinados es la base para empezar a tratar bien tu cuerpo. Si eres capaz de llevar a cabo una buena alimentación y una dosis diaria de ejercicio físico los resultados no tardarán en aparecer.

1. Más comidas

Es importante que sepas que perder peso no consiste en privarte de comer, consiste en hacer varias comidas al día, menos copiosas y más sanas, para evitar que te pique el gusanillo antes de comer entre horas o por mero aburrimiento.

Es básico que no te saltes ninguna comida, así lo único que conseguirás es tener más hambre y al final cogerás con ganas cualquier alimento que se te ponga a tiro. Dosificarse y hacer entre 5 y 6 comidas al día con alimentos sanos es importante.

Frutos secos, un yogurt desnatado o fiambre bajo en grasa y en azúcares son algunos de los alimentos que puedes comer a lo largo del día

2. El desayuno, obligatorio

El desayuno es la primera comida del día y es una de las más importantes. Así que déjate de excusas y tómate tu tiempo para hacer la primera comida en condiciones y sin prisas.

El desayuno es la comida que arranca el metabolismo y la que te aporta una buena dosis de energía para afrontar la jornada. Por lo tanto, un buen desayuno debe contener carbohidratos como pan, cereales, galletas integrales sin azúcares y sin grasas. Frutos secos, zumos naturales, café o té verde, lácteos desnatados o vegetales y proteínas sanas.

La primera comida del día es muy importante porque nos aporta energía para todo el día y además, el cuerpo asimila mejor los alimentos que comemos en ayunas.

3. Di sí a los hidratos

Las legumbres, los cereales y la pasta integral son recomendables para comerlos a medio día, nunca has de comerlos por la noche. Lo que realmente no debes comer si quieres perder peso son los dulces industriales, el pan de molde, los snacks salados y alimentos refinados. El alcohol y las bebidas energéticas tampoco son recomendables, ya que aportan muchas calorías y cero nutrientes.

4. Di NO al azúcar blanco

El azúcar blanco es un producto químico que no nos aporta ningún nutriente a nuestro organismo y sí muchas calorías. Hay muchos alimentos que contienen este tipo de azúcar como el pan de molde, la bollería industrial, las bebidas azucaradas, los alimentos precocinados, el fiambre y los yogures. Es importante y recomendable saber leer las etiquetas de los alimentos y conocer que cantidad de azúcares contienen.

5. Cocina tú mismo

Muchas veces nos dejamos llevar por las prisas y la falta de tiempo para poder elaborar una dieta sana y equilibrada cada día. Así que si eres de los que come fuera de casa todos los días por motivos de trabajo es recomendable que huyas de los menús y te lleves tu propia comida. Muchas veces en los platos de los restaurantes no sabemos que tipos de aceites usan, y si los alimentos son procesados. Ánimate y haz tu propia comida con alimentos frescos y saludables.

6. Haz deporte

Una dieta sana y equilibrada hará que pierdas peso y así te sientas mejor, pero no hay que olvidar que hacer ejercicio es también un gran aliado para adelgazar. Cambiar pequeños hábitos en la vida cotidiana, como ir a trabajar caminando o en bici, utilizar las escaleras o dar un paseo después de comer te pueden ayudar a perder calorías.