El pasado viernes, una avalancha de rocas ha caído por la ladera de la montaña que recorre la CV-230, en el tramo entre la Vall d'Uixó y Alfondeguilla. Pero ¿qué ha pasado?

Como ya se había anunciado con antelación, esta caída de bloques de piedra ha sido una maniobra controlada y programada por la Generalitat para poder retirar las grandes rocas que había en una parte del talud montañoso que recorre toda esta carretera.

Un equipo de operarios se encargado de hacer caer las piedras empleando una técnica similar a la del gato hidráulico a decenas de metros de altura. Para ello, la Conselleria de Infraestructuras ya comunicó la semana pasada que este viernes iban a cortar la carretera de forma total, tal como se ha producido, para llevar a cabo estos trabajos.

Estas tareas surgen tras el desprendimiento fortutito que se produjo el pasado 28 de diciembre, cuando una caída (esta sí no prevista ni programada) activó todas las alertas. En enero, la Conselleria anunció su intención de asegurar la zona mediante el refuerzo de los taludes a lo largo de todo el trazado, y en eso han estado trabajando desde marzo sin que ello afectara a la circulación por la CV-230.

Pero ahora no les ha quedado otra que realizar cortes por seguridad para hacer caer esas rocas que permanecían en el talud y que amenazaban con caer sobre el asfalto. Además de cortar la carretera, han cubierto la carretera con unos 50 centímetros de tierra.