Tanto los que asistieron a la fiesta en el colegio mayor Galileo Galilei como los que no lo hicieron prefieren guardar el anonimato. Sin embargo, reconocen que la fiesta se celebró sin medidas de seguridad por parte de una dirección que, lo autorizara o no, conocía el evento, igual que «sabía» que «el que quiera invitar a su habitación a 25 personas puede hacerlo sin que se entere la dirección». «Antes de la fiesta a la que hace referencia todo el mundo hubo otras en habitaciones y llegó a venir incluso la policía», afirman desde un centro que cuenta con cerca de 700 residentes.