Después de que en la noche del pasado viernes Marruecos sufriera un terremoto de 6,9 grados de magnitud que ha dejado, por el momento, más de 2.000 fallecidos y miles de heridos, este domingo el día continúa en la ciudad de Marrakech con calma. Residentes, turistas y periodistas de medios de comunición internacionales conviven en estos momentos con edificios derrumbados, pero siguen con su vida con tranquilidad.