Posan para la foto con el texto de una reforma de objetivo ambicioso. Para ello habrá prisión de dos a cuatro años para quien con ánimo de lucro promueva, favorezca o facilite la prostitución de otra persona, aunque haya consentimiento. Se suprime el criterio de explotación, un concepto en muchas ocasiones difícil de demostrar y que era requisito para el castigo. Para otra realidad se introduce el concepto de tercería locativa, que pena a cualquiera que se lucre facilitando espacios para el ejercicio de la prostitución, por ejemplo, dueños de locales y de pisos de alterne. Para los clientes se contemplan sanciones de 12 a 24 meses. En ningún caso habrá sanciones para la persona en situación de prostitución. Dicen sus autores que esta ley es solo el principio. Un camino que puede ser largo y complicado y en el que el PSOE deberá convencer primero a sus socios de Gobierno.