La bendición de Sant Antoni, que ha tenido que celebrarse en la calle Sagunt de València de manera virtual debido a las restricciones que impone la pandemia del coronavirus, no acabó ayer bien. Al menos para una de las palomas que protagonizó la suelta que cerraba la ceremonia y que, en lugar de volar libre hacia el cielo una vez recibida la bendición, cayó muerta a los pies de quien la sujetaba cuando éste abrió las manos.

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El acto, organizado por la Hermandad de Sant Antoni, consistió en un servicio religioso en el que participaron fundamentalmente miembros de esta agrupación. El broche de oro de la ceremonia, que sí ofreció la bendición de manera simbólica a varios perros pertenecientes a las unidades caninas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, tenía que ser una suelta de media docena de palomas blancas. Varios miembros de la hermandad se encargaron de sujetar a los animales mientras el párroco los bendecía. Luego, abrieron sus manos para liberar a las palomas y, para sorpresa de todos los congregados, todos los animales volaron hacia el cielo a excepción de uno, que cayó muerto a los pies de los presentes.

Todo parece indicar que la paloma falleció de una muerte súbita mientras se encontraba en las manos de uno de los miembros de la Hermandad de Sant Antoni.

Bendición virtual para 500 animales

Pese a que este año la tradicional bendición de Sant Antoni en València no ha podido celebrarse como es habitual, la agrupación ha echado mano de una ceremonia virtual en la que han participado cerca de 500 animales cuyos dueños enviaron una foto o un vídeo de su mascota.